Uruguay considera que la destitución de Dilma Rousseff fue "injusta", pero reconoce al nuevo gobierno de Brasil, aseguró el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, que además confirmó que en la próxima asamblea de la ONU habrá un encuentro bilateral entre los presidentes Tabaré Vázquez y Michel Temer. A la vez, Bolivia moderó el tono respecto del nuevo gobierno del presidente Michel Temer y aclaró que no retiró a su embajador de Brasilia, como sí hizo Venezuela. Tanto Uruguay como Bolivia son vecinos de Brasil, que es un importante cliente de sus productos.
Nin Novoa, reiteró que Uruguay reconoce a Michel Temer como presidente de Brasil aunque "sigue manteniendo su opinión no del proceso, que fue un proceso legal, sino del resultado de proceso, que nos parece que fue injusto". A su vez, confirmó que el presidente brasileño y Tabaré Vázquez se reunirán en Nueva York entre el 17 y el 20 de septiembre, en la próxima la próxima Asamblea de Naciones Unidas, y que la situación que atraviesa el Mercosur estará "sin ningún lugar a dudas" en la agenda."Uruguay no reconoce gobiernos, sino que reconoce Estados; el no reconocimiento de un gobierno se da de manera indirecta a través del retiro del embajador y de alguna declaración que en este caso el Uruguay no hizo", manifestó Nin Novoa. Señaló el ministro que Montevideo "reconoce el gobierno de Temer pero sigue manteniendo su posición sobre el resultado del proceso, que fue legal, pero injusto", concluyó.
El miércoles 31 de agosto, el Senado brasileño destituyó a Rousseff por 61 votos a favor y sólo 20 en contra, lo que significó además que Temer dejó de ser presidente interino, cargo que ocupaba desde el 12 de mayo, y quedó confirmado como presidente con poderes plenos hasta 2018. Rousseff fue considerada culpable de alterar los presupuestos mediante tres decretos no autorizados por el Parlamento y de contratar créditos a favor del gobierno con la banca pública. El fin de estas maniobras era maquillar el enorme déficit fiscal, que superó el 10 por ciento del PBI en 2015. Si bien estas maniobras se han cometido en el pasado, la acusación señala que Rousseff las usó con una intensidad nunca vista. Tanto ella como su partido PT denuncian un presunto "golpe". Los activistas de izquierda del PT y grupos afines han ganado las calles de Brasil con continuas protestas.
Uruguay destacó que respeta la institucionalidad del proceso, al punto que el presidente Tabaré Vázquez y Temer se verán próximamente en Nueva York, en busca, según destacó el canciller Nin Novoa, de sacar al Mercosur de la "inacción" en la que se encuentra, producto de la negativa del bloque a aceptar la presidencia pro-témpore de Venezuela. "Efectivamente se va a realizar una reunión" entre los dos mandatarios, dijo el ministro. "Nuestro objetivo es salvar el Mercosur y estamos poniendo algunos mecanismos para mantener viva la agenda externa del Mercosur".
Bolivia. En tanto, el canciller de Bolivia, David Choquehuanca, pidió "no ser pesimistas" sobre el futuro de las relaciones entre su país y Brasil, y dejó claro que el llamado a consultas del embajador en Brasilia "no es un retiro" definitivo, como sí hizo Venezuela. "Considero que no tenemos que ser pesimistas; como digo, es obligación de nosotros trabajar en la profundización de las relaciones con todos", explicó Choquehuanca. En entrevista con la agencia española EFE, Choquehuanca reseñó que el llamado a consultas del embajador fue para "tener una información directa" sobreBrasil, y no porque Bolivia esté "retirando" al diplomático. El canciller consideró "normal en la práctica diplomática" hacer un llamado a un embajador a veces "en situaciones difíciles", pero subrayó que "no debería preocupar mucho a las autoridades". Claramente, el canciller boliviano buscó bajar los decibeles y diferenciarse de Venezuela. Su explicación es "naif", dado que en diplomacia llamar a consultas a un embajador es un gesto para expresar desagrado universalmente conocido. Para Choquehuanca, la región debe preocuparse por lo que está pasando enBrasil, porque "no queremos que a los brasileños les vaya mal", por lo que hay que seguir trabajando "por la integración y la unidad". Y agregó que él no es quien "para juzgar" lo sucedido en Brasil, aunque lamentó que el pueblo brasileño haya asistido "medio adormecido" a la destitución de Rousseff por el Congreso.