El día después de la victoria de Donald Trump, que se concretó en horas de la madrugada, Estados Unidos se interrogaba sobre el significado del inesperado giro electoral que trajo el triunfo del republicano. La jornada política de ayer tuvo como protagonistas exclusivos a la "víctimas" de Trump: el presidente Barack Obama y la derrotada candidata Hillary Clinton. Mientras el triunfador del martes se recluyó en el silencio, ambos líderes demócratas realizaron emotivos discursos en los que llamaron a mantener la tranquilidad y garantizar una transición sin incidentes. Un mensaje dirigido principalmente a sus bases, convulsionadas por el inesperado triunfo de Trump. Tanto Obama, para quien el triunfo del magnate es un terrible broche de cierre de sus ocho años en la Casa Blanca, como Hillary formularon llamados a la unidad nacional y pidieron a sus seguidores que dieran por terminaba la batalla de la campaña electoral, en un esfuerzo por garantizar una transición tranquila a la nueva administración. Trump recibirá el mando de manos de Obama el próximo 20 de enero.