El decreto del presidente Donald Trump contra la inmigración firmado el viernes a la noche tuvo repercusiones inmediatas: los residentes permanentes o con visa de siete países musulmanes que habían salido de Estados Unidos no podrán regresar durante 90 días. Trump ordenó por decreto que se impida el ingreso a Estados Unidos de cualquier refugiado durante cuatro meses y suspendió indefinidamente a los provenientes de Siria. El argumento de estas drásticas medias es mantener fuera del país a "terroristas islámicos radicales''. Ayer, Trump tuvo una ronda de diálogos telefónicos con los jefes de gobierno de Japón, Rusia, Alemania y Francia. Al parecer la coincidencia sólo fue plena con el ruso Vladimir Putin, en el objetivo de combatir al Estado Islámico de manera conjunta y no como hasta hoy, con Rusia y EEUU enfrenando al grupo terrorista cada uno por su lado.
Pero ayer había conmoción dentro y fuera de EEUU por el limbo de tiempo que produce el decreto de Trump, que deja a los residentes de esos siete países que estaban fuera de los EEUU y ahora no pueden regresar. Las naciones afectadas son: Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen. Todos países con graves conflictos armados en su territorio motorizados por el radicalismo islámico o que son acusados de impulsarlo, como Irán. Pero es absurdo que dos países como Afganistán y Pakistán no estén en la lista negra de Trump. Así como Arabia Saudita, protagonista directa de la guerra civil en Yemen, pero gran aliado de Washington.
El hecho es que los ciudadanos residentes en EEUU de esas siete naciones desde ayer tienen prohibido ingresar al país donde han vivido o efectúan sus estudios, en una situación que podría prolongarse por años. Un funcionario policial que confirmó la prohibición temporal dijo a la AP que están exentos de la medida los extranjeros cuyo ingreso corresponda al "interés nacional de Estados Unidos", así como los que poseen pasaporte diplomático.
Quienes se encuentran en Estados Unidos con visa o credencial de residente permanente están autorizados a continuar en el país. Pero si debieran salir por razones familiares, por ejemplo, no podrían retornar. Una situación arbitraria y que ya está causando dramas familiares. Los especialistas en terrorismo son además muy escépticos sobre la efectividad de tan generalizada medida.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos comenzó a notificar a las aerolíneas sobre los pasajeros cuyas visas fueron canceladas o sobre residentes legales que tenían previsto regresar a Estados Unidos. Se ha pedido a las aerolíneas que impidan a esas personas abordar los vuelos. Esto ya comenzó a suceder en lugares tan distantes como Egipto y Holanda.
La orden de Trump prohibió durante cuatro meses el ingreso en Estados Unidos de todos los refugiados y canceló indefinidamente a los que procedan de Siria. El mandatario señaló que la prohibición era necesaria para mantener fuera del país a los "terroristas radicales islámicos''. El próximo grupo de refugiados tenía previsto llegar mañana a Estados Unidos, pero no se le permitirá ingresar. La orden presidencial suspende de inmediato durante cuatro meses un programa que el año pasado reubicó en Estados Unidos a unas 85.000 personas desplazadas por la guerra, la opresión política, el hambre y los prejuicios religiosos. La prohibición de los 90 días entró en vigor de inmediato en Estados Unidos. La orden de Trump es particularmente severa contra los sirios porque ordena que cualquiera que proceda de ese país, aun si está huyendo de la guerra civil, tiene prohibido indefinidamente ingresar a Estados Unidos. "Queremos garantizar que no estamos aceptando la entrada en nuestro país de las mismas amenazas que nuestros soldados combaten en el exterior'', señaló Trump mientras firmaba la orden en el Pentágono. Dispuso la prohibición para los solicitantes de asilo incluso en momentos en que muchos iraquíes están en peligro por haber trabajado para Estados Unidos en su país. Una torpeza que de seguro debe haber creado conmoción en Bagdad, tanto entre iraquíes como entre funcionarios de EEUU.
Diplomacia por télefono
Rusia, Francia y Alemania Pero mientras el mundo rechazaba el decreto de Trump sobre inmigración, este tejía sus primeros lazos internacionales por vía telefónica. Habló con el premier de Japón, Shinzo Abe; la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente francés, Francois Hollande y el presidente ruso, Vladimir Putin. Hollande fue el más critico, y Putin el más abierto a amar futuras alianzas con Trump, luego de ocho años de enfrentamientos con Barack Obama.
La Casa Blanca calificó la conversación telefónica con Vladimir Putin como "un significativo comienzo" para llegara a mejores lazos entre Washington y Moscú. Durante la conversación de una hora ambos mandatarios hablaron de cooperar en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico. "La positiva llamada fue un significativo comienzo para mejorar la relación entre Estados Unidos y Rusia, la que necesita ser reparada", señaló la Casa Blanca. El Kremlin informó que ambos presidentes habían acordado desarrollar relaciones "de igual a igual", dando "prioridad" a la lucha contra el terrorismo musulmán y estableciendo una "real coordinación" contra Estado Islámico en Siria. Allí, ambas potencias combaten al grupo islamista, pero cada uno por separado.
Decreto para combatirlos lobbys
Donald Trump impuso una inhabilitación de por vida a los funcionarios que hagan lobby a favor de gobiernos extranjeros, y una expulsión por cinco años por hacer otro tipo de lobby o "cabildeo". El mandatario ha indicado que quienes quieran trabajar para él deberán enfocarse en la labor que harán para el pueblo estadounidense, y no en ingresos futuros obtenidos al andar difundiendo su influencia tras su participación en el gobierno. Funcionarios gubernamentales describen estas suspensiones como de "alcance histórico", pero hasta el momento se desconoce cómo hará el gobierno para hacerlas valer.
Trump también actuó para reestructurar el Consejo Nacional de Seguridad y solicitó a sus asesores militares que preparen un plan para derrotar al grupo terrorista Estado Islámico.