El presidente de Brasil, Michel Temer, sufrió ayer un duro revés en el Congreso luego de que una comisión del Senado rechazara por 10 votos contra nueve la reforma laboral, que es uno de los principales proyectos del oficialismo en el marco de sus reformas de ajuste económico. El informe del diputado Ricado Ferraço, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, aliado del gobierno), fue rechazado por la Comisión de Asuntos Sociales del Senado, que votó en cambio un texto alternativo del opositor Paulo Paim, del Partido de los Trabajadores (PT, opositor).
En Moscú, Temer convocó a los periodistas que cubren su gira por Rusia y dijo que pese a la derrota confiaba en que el proyecto del gobierno sea aprobado en las próximas semanas en el pleno del Senado. "No es una sorpresa negativa, esto es una etapa de la tramitación, se gana y se pierde, lo que importa es la votación en el recinto del Senado; Brasil va a vencer en el plenario", dijo Temer, de quien un informe de la Policía Federal elevado al Supremo Tribunal Federal (STF, Corte Suprema) sugiere que hay pruebas para procesarlo por corrupción.
Luego de la votación de la comisión, el dólar subió 1,3 por ciento, cotizado a 3,33 reales, mientras el índice Bovespa de la Bolsa de Valores de San Pablo cayó 2,01 por ciento, abajo de los 60.000 puntos. Es que la reforma laboral, así como la jubilatoria, son parte de la garantía de la continuidad de Temer o por lo menos eso es lo que dicen sus principales aliados.
La reforma laboral requiere el trámite en tres comisiones del Senado: la de Asuntos Económicos, donde ya fue aprobada, la de Asuntos Sociales, rechazada ayer, y resta para la semana que viene la votación en la Comisión de Constitución y Justicia antes de ser elevada al pleno. "No deja de ser una derrota para el gobierno, pero nada cambia en la tramitación de la reforma laboral", dijo el líder oficialista en el Senado, Romero Jucá, fiel asesor de Temer, del gobernante Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB).
Protestas y asambleas
Las reformas que lleva adelante Temer fueron motivo ayer de una jornada nacional de protestas, con asambleas en los lugares de trabajo por parte de los sindicatos, que convocaron a una huelga general para el 30 de este mes, la segunda contra el gobierno surgido tras la destitución de Dilma Rousseff el año pasado luego de la del 28 de abril, considerada la mayor de la historia por los organizadores.
Temer llegó ayer a Rusia para una visita que termina el sábado e incluye Noruega, con lo cual el país está a cargo de Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados. La sesión estuvo marcada por los gritos y discusiones acaloradas pero el oficialismo perdió debido a que un senador aliado de Temer, Walter Petecao, estuvo ausente y dos que antes apoyaban al gobierno ahora votaron en contra. "Es un síntoma de la falta de legitimidad del gobierno; los parlamentarios ven que están siendo comprometidos con sus votantes en sus ciudades por votar una ley contraria al trabajador; fue como hacer el gol de la victoria en tiempo de descuento", dijo Paim, del PT de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff. El PSDB apareció dividido e incluso el propio Ferraço era partidario de votar las reformas pero dejar de apoyar a Temer, quien está contra las cuerdas luego de que, en mayo, fuera divulgado un video en el cual supuestamente avala sobornos del empresario Joesley Batista, del grupo JBS.
En la mira
La Policía Federal elevó ayer un informe que sugiere investigar a Temer por corrupción a raíz de que su ex asesor Rodrigo Rocha Loures, hoy preso, recibió una valija con 500.000 reales en efectivo en abril, supuestamente en nombre de Temer. "Hay evidencias con vigor de corrupción practicada por Temer", dice el informe policial. El fiscal general, Rodrigo Janot, prepara una denuncia formal contra Temer cuya aceptación o rechazo debe ser votada por Diputados, en otro momento de alto voltaje de la crisis brasileña.
Legisladores ven que están siendo comprometidos con sus electores por votar una ley contraria al trabajador