Los atentados con veneno son uno de los medios más llamativos que usan los servicios secretos para neutralizar a los enemigos. A continuación, algunos de los casos más espectaculares:
Los atentados con veneno son uno de los medios más llamativos que usan los servicios secretos para neutralizar a los enemigos. A continuación, algunos de los casos más espectaculares:
• El opositor ruso Alexander Litvinenko fue asesinado en 2006 en Londres con té envenenado con una sustancia radiactiva, concretamente con Polonio 2010, lo que le ocasionó la muerte tres semanas después. Los investigadores británicos concluyeron que los responsables del crimen del opositor exiliado fueron ex agentes de los servicios secretos rusos.
• Tras una comida con agentes de los servicios secretos ucranianos en 2004, el entonces político opositor del país Viktor Yushchenko enfermó gravemente. Los médicos encontraron en su sangre un nivel de dioxina que multiplicaba por 50.000 el nivel normal. Sin embargo Yushchenko, que después llegó a presidir el país, sobrevivió, aunque con secuelas, unas marcadas cicatrices visibles en el rostro. El considera que fue Moscú quien planeó el atentado.
• Agentes del Mossad israelí cometieron un atentado en 1997 en Ammán contra el líder de la organización radical palestina Hamas, Jaled Meshal, rodiándole o inyectándole veneno en el oído. Estuvo al borde de la muerte, pero sobrevivió porque Israel le suministró un antídoto ante la presión internacional.
• En 1978, el disidente búlgaro Georgui Markov fue atacado en Londres por un hombre que llevaba un paraguas venenoso capaz de disparar una cápsula. Markov murió pocos días después. Los médicos le encontraron una cápsula con ricina, altamente venenosa, en la pierna. Se cree que tras su muerte estuvo el entonces régimen comunista búlgaro.