El encarcelado ex jefe de la constructora brasileña Odebrecht, Marcelo Odebrecht, implicó a la ex presidenta Dilma Rousseff en la recepción de fondos irregulares pagados en Brasil por su empresa, en revelaciones que pueden alcanzar incluso al actual mandatario, Michel Temer. En su última comparecencia ante la Justicia brasileña, el empresario aseguró que Odebrecht, investigada por corrupción en una decena de país latinoamericanos, donó fondos irregulares a la campaña electoral de Rousseff en 2014, según informaciones publicadas ayer por varios periódicos locales.
Temer se presentó a las elecciones de 2014 como compañero de fórmula de Rousseff. El dinero para la campaña de la ex mandataria, según las declaraciones, fluyó a través de la llamada "caja 2" (caja B), es decir, como fondos no declarados a las autoridades fiscales y electorales.
Rousseff negó las acusaciones. "Todas las donaciones a las campañas de Dilma Rousseff fueron hechas de acuerdo a la legislación, con las dos rendiciones de cuentas aprobadas por el Tribunal Superior Electoral", aseguró la ex presidenta en un comunicado.
Según detalles ofrecidos por el diario Estado de Sao Paulo, los pagos irregulares correspondían a unas cuatro quintas partes de unos 150 millones de reales (hoy unos 48 millones de dólares) que la empresa donó a la campaña de reelección de Rousseff. La donación, según "Estado de Sao Pablo", se hizo en contrapartida por una medida del Ejecutivo que favoreció en 2009 a una filial de Odebrecht. Marcelo Odebrecht, condenado en 2016 a 19 años de cárcel por corrupción, hizo las declaraciones el miércoles durante unas cuatro horas ante un tribunal electoral en Curitiba, en el sur del país, como parte de sus acuerdos de colaboración con la Justicia, las llamadas "delaciones premiadas". Los detalles del caso, oficialmente aún bajo secreto judicial, fueron filtrados a la prensa local. El ex ejecutivo sostuvo que la entrega irregular de parte del dinero se hizo a través de un entonces representante del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff, Joao Santana, y que la ex mandataria estaba al tanto de ello.
Según el diario Folha de Sao Paulo, el empresario también contó que se reunió entonces con Temer para hablar sobre aportes a su partido, el conservador Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), pero sin concretar pagos con él.
Las denuncias contra la fórmula electoral Rousseff-Temer son conocidas desde hace tiempo. Las declaraciones de Marcelo Odebrecht son vistas como clave en las investigaciones. En caso de progresar, el caso podría poner en aprietos al gobierno de Temer, que asumió el poder el año pasado tras la destitución de Rousseff.
La ex presidenta reclamó ayer por la publicación "selectiva" de informaciones y sugirió que éstas podrían hacerse para favorecer a Temer, a quien ella acusa de haber apoyado un "golpe parlamentario" en su contra el año pasado. "Extrañamente son divulgadas en la prensa, siempre de manera selectiva, tramos de declaraciones o informaciones trucadas. Y ocurre justamente cuando vienen al caso nuevas sospechas contra los artífices del golpe de 2016", señaló el comunicado publicado en la web de Rousseff.
La destituida mandataria negó además que Guido Mantega, ex ministro de Economía, haya sido su representante para recaudar dinero para las campañas electorales y dijo que la insistencia en intentar involucrarla es un "insulto a la su honestidad y un despropósito a quien quiere conocer la verdad de los hechos".
Terremoto político
La constructora Odebrecht está envuelta desde hace meses en un escándalo de corrupción que ha causado un terremoto político en varios países de la región.
La empresa, responsable de grandes obras de infraestructura en toda América latina en los últimos años, admitió en diciembre haber pagado más de 785 millones de dólares desde 2001 en sobornos a funcionarios e importantes políticos para obtener licitaciones en varios países. Los pagos se refinanciaron en muchos casos con el aumento de los costos de las obras en cuestión.
Por el escándalo están acusados varios políticos en toda la región. En el caso más grave hasta la fecha, el ex presidente peruano Alejandro Toledo (2001-2006) está incluso prófugo de la Justicia de su país. La red corrupta de Odebrecht se destapó en Brasil por el caso conocido como "Lava Jato" ("Lavado de coches"), que investiga una trama fraudulenta en la petrolera estatal Petrobras. Varios empresas están acusadas de haber pagado sobornos a políticos de distintos partidos para obtener contratos con Petrobras.
Odebrecht está envuelta en un escándalo de corrupción que ha causado un terremoto político en la región