Los industriales paulistas, claves para la campaña del juicio político a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, creen que su eventual regreso al cargo será "muy peligroso para la economía" y advirtieron que continuarán apoyando al mandatario interino, Michel Temer, siempre que recorte el gasto público y no cree nuevos impuestos.
Un eventual regreso de Rousseff "será muy peligroso para la economía cuando estamos viendo señales de recuperación de la confianza con el gobierno de Temer", afirmó el presidente de la poderosa Federación de Industrias del Estado San Pablo (Fiesp), Paulo Skaf, en entrevista con la agencia Télam.
La evaluación fue realizada al término del primer mes del interinato de Temer, quien cambió el gabinete, hizo una alianza con la oposición y planea quedarse hasta el 1º de enero de 2019, el final del período de Rousseff. Cuenta para ello con el apoyo de los principales grupos económicos, luego de haber puesto al ex economista jefe del Banco Itaú Ilan Goldfjan al frente del Banco Central. Su ministro de Hacienda, tal vez el cargo más decisivo del gabinete en las actuales circunstancias, es Henrique Meirelles, ex titular del Central con Lula (2003-2011).
La Fiesp, que reúne a 130.000 industrias y es el conglomerado empresarial más poderoso de Sudamérica, cree que la economía brasileña llegó al "fondo del pozo" y comienza, con el gobierno de Temer, a "revertir expectativas". Los industriales paulistas fueron soporte de grupos ciudadanos que organizaron las marchas contra Rousseff y llevaron adelante la campaña "No voy a pagar el pato", en la cual rechazaban la continuidad del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT). De hecho, Skaf es dirigente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Temer. Para él y la Fsiesp, la solución a la crisis requiere "separar la crisis política de la economía". Es que precisamente gran parte de la recesión que sufre Brasil tiene origen en la crisis política, además de las razones propiamente económicas, como la combinación de la caída de la demanda internacional con un déficit fiscal superior al 10 por ciento del PBI en 2015. En las últimas semanas, debido a los escándalos del gobierno de Temer vinculados a denuncias de corrupción, algunos senadores anunciaron que podrían revisar su voto y volver a poner a Rousseff en el cargo, luego de que la mandataria suspendida indicara que está dispuesta a hacer una consulta popular que adelante el final de su mandato.
"Era nítido que Dilma había perdido el control del país, de la economía; estábamos en un barco a la deriva en medio de una tempestad" y su regreso al gobierno "sería muy peligroso para la economía y el empleo", dijo Skaf. "Nosotros calculábamos la caída del crecimiento de 2016 entre 4 por ciento y 5 por ciento, y hoy estamos mejorando, con caída entre 2 por ciento y 3 por ciento; la sensación es que se ha parado de caer", agregó. El equipo de estadísticas de la Fiesp considera posible un ligero crecimiento en 2017, en caso de que siga Temer en la presidencia.
Pese al respaldo al gobierno de Temer, Skaf tiene por delante un escollo para su campaña contra los impuestos: el nuevo ministro de Economía, Henrique Meirelles, dejó a los industriales desairados porque nunca resignó la creación de nuevos tributos para tapar el agujero fiscal dejado por Rousseff.
"Nuestra oposición a la creación de nuevos impuestos es radical, incluso contra impuestos provisorios. Nuestra campaña contra los impuestos puede volver en cualquier momento. No necesitamos nuevos impuestos, necesitamos gestión, seriedad, competencia, gastar lo mínimo, eliminar el desperdicio del gasto sin sentido, como se hace en las empresas". La sede de la Fiesp está ubicada en la avenida Paulista, y fue allí donde se hicieron las más masivas concentraciones a favor del juicio político a Rousseff, en marzo y abril pasados. San Pablo, que fue territorio del PT en el pasado, es desde hace años el principal Estado que gobierna la ex oposición a Lula y Rousseff.