La Unión Europea quiere hacer todo lo posible para que este año no lleguen de nuevo decenas de miles de personas a Europa cruzando el Mediterráneo y para impedirlo los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 países de la Unión Europea (EU) acordaron un plan de 10 puntos para frenar el flujo de migrantes.
El plan prevé una fuerte cooperación con Libia, un país destruido por una guerra civil que ya dura años y, con diferencia, la principal nación de tránsito para inmigrantes que quieren llegar a Europa desde Africa.
Las organizaciones humanitarias criticaron con dureza este plan, que prevé retener a los inmigrantes en Libia, y lo califica de "inhumano".
"La situación de los refugiados en Libia es dramática", reconoció la canciller alemana Angela Merkel en La Valeta, la capital de Malta. "Necesitamos una solución política para una Libia estable. Y para ello queda mucho por hacer", agregó.
Para cerrar la denominada ruta del Mediterráneo central se requiere sobre todo formar y equipar cuanto antes a la Guardia Costera libia, a fin de impedir que las bandas de traficantes de personas sigan enviando a cientos de inmigrantes hacinados en embarcaciones precarias hacia Europa.
Los refugiados tendrán que permanecer por el momento en el país del norte de Africa y ser acogidos allí en centros adecuados. Las organizaciones humanitarias dudan de que eso pueda ser posible ya que en Libia sigue imperando el caos.
"La Unión Europea está exponiendo de forma falsa la realidad en Libia: el país no es un lugar seguro para los que buscan protección", dijo Arjan Hehenkamp, gerente de Médicos Sin Fronteras al inicio de la cumbre de la Unión Europea en la isla de Malta.
"Devolver allí a las personas o retenerlas es una política de refugiados inhumana".
Tan sólo el año pasado más de 180.000 personas llegaron a Europa por mar, cruzando el Mediterráneo desde Africa. Otras 5.000 murieron en el camino porque sus embarcaciones naufragaron. En lo que va de año, según datos de las organizaciones internacionales, han muerto o desaparecido unos 250 refugiados en Mediterráneo.
El primer ministro austriaco, Christian Kern, pidió que Estados Unidos también se involucre en la solución de la crisis de los refugiados. "Sin duda alguna Estados Unidos tiene una parte de responsabilidad en las oleadas de refugiados por la forma en que aquí se intervino militarmente", dijo el político socialdemócrata.
Italia es el país más afectado por esta situación, especialmente desde el cierre de la denominada Ruta de los Balcanes, ya que la mayoría de inmigrantes intentan llegar a Europa desde el norte de Africa.
El jueves Italia llegó a un acuerdo con Libia para frenar la llegada. "Ahora es Europa la que tiene que aportar claro apoyo económico", dijo el jefe de Gobierno, Paolo Gentiloni.
El otro gran protagonista de este encuentro no estaba físicamente en Malta sino a miles de kilómetros: el presidente estadounidense Donald Trump.
Destino italia. Decenas de migrantes libios esperan ser rescatados mientras navegan por el Mediterráneo.
Unidos ante el volcán Trump
La relación con Estados Unidos sigue siendo la "máxima prioridad" para la Unión Europea, acordaron ayer los mandatarios europeos, quienes aprovecharon para defender su unidad frente al presidente estadounidense, Donald Trump.
Ante el proteccionismo, el aislacionismo y los continuos ataques de un Trump que trata de dividir a Europa, la UE eligió en Malta una respuesta pragmática y de perfil bajo.
Los líderes de la Unión optaron por rebajar el tono. Firmeza alemana con delicadeza.
Tanto la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, como su homólogo español, Mariano Rajoy, subrayaron las "áreas de interés común" con Washington como "la lucha contra el terrorismo", pero enfatizaron que la UE defenderá su unidad y su identidad, como su política comercial.
Esta defensa de la unidad no es baladí. Desde su elección, Trump ha celebrado el Brexit y ha llegado incluso a asegurar que otros países seguirían los pasos de Reino Unido.