Después de un conflicto armado de más de 50 años librado en montes, selvas y grandes urbes, la cúpula de las Farc se concentró a la espera de la ceremonia de firma de ayer de los acuerdos definitivos de paz con el gobierno de Colombia en el recoleto ambiente de una casa jesuita de Bogotá. El secretariado del grupo guerrillero, una vez completadas las largas negociaciones con el gobierno en La Habana, llegó el lunes último a Bogotá para la firma del acuerdo, al que ambas partes consideran superador del que fue rechazado el pasado 2 de octubre en un plebiscito. El líder Rodrigo Londoño, y sus hombres de máxima confianza se alojaron en la Casa de Encuentros San Pedro Claver. Se trata de una propiedad administrada por las Hermanitas de los Pobres, una comunidad fundada hace más de un siglo.