La convención demócrata, en la que se designará oficialmente a Hillary Clinton como candidata a la Casa Blanca, se abrió ayer en Filadelfia en un ambiente de fuerte división y gritos de los seguidores del izquierdista ex postulante Bernie Sanders. Los llamados a la calma de este veterano senador demócrata de poco sirvieron. La imagen de una convención dividida en dos bandos aguerridos puede resultar letal para Clinton, que ya encuentra de por sí difícil la competencia con Donald Trump. En la política de EEUU, las convenciones para consagrar el candidato presidencial tienen una importancia fundamental, aunque el nombre esté definido de antemano. Suelen ser un empujón importante para el nominado.
El inicio de los trabajos en el Wells Fargo Center en Filadelfia estalló en un ensordecedor duelo entre los seguidores de Clinton y los delegados de Sanders, en una impresionante cacofonía de abucheos y vítores de aprobación a la ex secretaria de Estado. "Bernie, Bernie", estallaban en las gradas los delegados de Sanders cada vez que el nombre de Clinton era pronunciado en el estrado de los oradores, mientras que al coro le respondía otro igualmente ruidoso, "Hillary, Hillary".
La secretaria encargada de coordinar tareas en la Convención, la legisladora Marcia Fudge, intentó tímidamente pedir a los delegados respeto por los discursos, pero el coro se tornó aún más ensordecedor y agresivo. El Partido Demócrata, que pretendía hacer de esta convención nacional una fiesta de su unidad interna, llegó profundamente dividido, aunque Sanders hizo ayer un dramático llamado a sus seguidores a votar por Clinton en las elecciones de noviembre.
Pero la crisis se tornó "indisfrazable" en el partido. El martillazo que dio inicio a los trabajos fue dado por la secretaria del Comité Nacional Demócrata y alcalde de Baltimore, Stephanie Rawlings Blake, ya que la presidenta del partido, Debbie Wasserman Schultz, se vio forzada a renunciar en la víspera. Ayer a la mañana, Wasserman Schultz intentó pronunciar un discurso ante delegados por Florida, estado que ella representa en la cámara baja del Congreso, pero los abucheos e interrupciones la obligaron a salir escoltada del escenario. Por su parte, Sanders tuvo que escuchar abucheos de sus propios seguidores al pedirles que voten por la ex secretaria de Estado ya que la prioridad es derrotar a Trump.
Sanders y Wasserman Schultz son las figuras centrales del espectacular escándalo que sacudió al partido el domingo, la víspera de la esperada convención nacional. La crisis estalló con la publicación en WikiLeaks de casi 20.000 e-mails internos de altos dirigentes del partido en los que se muestra un abierto favoritismo por Clinton, algo que las reglas partidarias prohíben a los funcionarios de la agrupación, que se supone deben ser imparciales. Este favoritismo fue algo que Sanders había denunciado en varias ocasiones.
Por su parte, la presidenta interina del Comité Nacional del partido, Donna Brazile, admitió que "hay más correos" que saldrán a la luz y adelantó que probablemente habrá en ellos "muchas cosas por las que tendremos que pedir disculpas". En otras palabras, WikiLeaks tiene más artillería contra Clinton y los dirigentes del Partido Demócrata. Instantes después del inicio de la convención, el Comité Nacional emitió una nota oficial en que presentó un "profundo y sincero" pedido de disculpas a Sanders y garantizó estar "tomando medidas para asegurar que esto nunca más ocurra nuevamente".
La mano de Putin. Tanto el Comité Nacional como el entorno de Clinton denunciaron que la filtración vino de Rusia. Lo hicieron "para ayudar a Donald Trump, es preocupante", denunció el director de campaña de Hillary, Robby Mook. Aunque suene raro, no lo es tanto: el presidente y hombre fuerte de Rusia, Vladimir Putin, un ex agente de la KGB, tiene simpatías mutuas con Trump. Pocas horas antes del inicio de la convención, el FBI anunció que investigará el robo de los correos electrónicos. El organismo "está trabajando para determinar la naturaleza y el alcance" del ciberataque a los servidores de correo del Comité Nacional Demócrata, indicó en un comunicado.
El jefe de campaña de demócrata, John Podesta, calentó el debate diciendo que "hay una especie de romance" entre el presidente ruso y Trump. La campaña de Clinton remarcó que Rusia concuerda con los puntos de vista de Trump, en especial sobre la Otán. Trump respondió ayer en su estilo característico. "La nueva broma del barrio es que Rusia filtró los desastrosos e-mails del comité demócrata, los cuales nunca debieron haberse escrito, porque le agrado a Putin'', escribió en varios tuits. "Hillary estuvo involucrada en el escándalo de los e-mails porque ella es la única con un juicio tan malo que este tipo de cosas habían de pasar''.
Sondeos: Trump está primero
Donald Trump pasó al frente de los sondeos luego de ser oficialmente consagrado candidato republicano por la convención de su partido. Así lo informa un sondeo del canal de noticias CNN, que le ta al republicano 44% de preferencias contra sólo 39% de Hillary Clinton cuando se los mide entre cuatro postulantes. Cuando se mide solo entre ellos dos, el método más habitual, la distancia se reduce a 48% a 45%. Es igual una diferencia marcada, que da vuelta el predominio demócrata. La propia CNN señala que los sondeos nacionales no tienen un muestrario suficiente para reflejar fielmente la tendencia del electorado, en especial en los Estados clave.