Ejecutivos de la aerolínea italiana Alitalia, sumida en una grave crisis, lamentaron que los trabajadores hayan rechazado un último plan de rescate y convocaron a una reunión de accionistas con el objetivo de discutir el futuro de la compañía. La quiebra es la posibilidad más cercana. De hecho, en un comunicado, la dirección de la empresa informó que prepara los procedimientos que prevé la ley en estos casos.
Los trabajadores votaron el lunes contra un plan de reestructuración negociado con el gobierno y los sindicatos y destinado a recapitalizar a la deficitaria línea. El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, había advertido que si el acuerdo fracasaba, Alitalia no sobreviviría. "La junta de directores de Alitalia se reunió hoy y lamentó la decisión de los trabajadores de no aprobar el preacuerdo", indicó la aerolínea en un comunicado. Sobre 11.673 trabajadores habilitados, votaron hecho 10.184. El "no" ganó por 6.816 a 3.206.
"La aprobación del acuerdo podría haber destrabado 2.000 millones de euros en recapitalización, incluyendo más de 900 millones de nuevo financiamiento", reseñó la junta directiva. El comunicado dejó abierta la posibilidad de que la firma esté camino a la quiebra. Podría "comenzar a preparar los procedimientos establecidos por la ley" y convocó a un encuentro de accionistas para mañana, a fin de "deliberar sobre su implementación". El voto negativo también dio por tierra con un acuerdo que incluía nuevas rutas para la ex línea de bandera italiana. El acuerdo de rescate mediado por el gobierno y apoyado por los sindicatos contemplaba el recorte de los salarios en un 8 por ciento de media en lugar del 30 por ciento, y el despido de 980 empleados en lugar de 1.400. Los despedidos no significaban, quedarse "en la calle", sino recibir el fondo de desempleo, llamado en Italia "caja de integración".
Desde 2009 Alitalia dejó de existir tal como se la conocía históricamente y quebró. Desde entonces, una sociedad anónima opera con el nombre, que compró como "derechos de marca", así como los derechos aeroportuarios y las rutas aéreas de la antigua aerolínea de bandera italiana, además de sus aviones y otras propiedades durante el proceso de liquidación. Luego, en 2014, la aerolínea de los Emiratos Etihad Airways llegó a un acuerdo con la nueva Alitalia y compró el 49 por ciento de sus acciones. La compañía tiene su sede central en el aeropuerto de Fiumicino, Roma. Pero ahora podría ir a la quiebra nuevamente y desaparecer definitivamente de los cielos del mundo.
El resultado negativo de la votación fue recibido con "pesar y consternación" por la empresa, puesto que amenaza su recapitalización, indicaron los Ministerios de Economía, Trabajo y Transporte en un comunicado común. El objetivo del gobierno es minimizar los costos para "los ciudadanos italianos y los viajeros". Alitalia, que emplea a más de 12.000 personas, no registra ganancias desde el lejano 2002. En 2015, la aerolínea perdió cerca de 200 millones de euros.
Otros accionistas de Alitalia, además de Etihad, son los bancos italiano UniCredit e Intesa Sampaolo, los que presionaron con bloquear la reestructuración de la deuda de la aerolínea si no se aplicaba algún plan de saneamiento.
La empresa lucha sobre todo contra las aerolíneas "low cost", que han entrado en el mercado italiano con fuerza, y con la competencia de los trenes de alta velocidad dentro de Italia y en los países vecinos. Estos dos factores nuevos parecen difíciles sino imposibles de enfrentar con éxito para Alitalia, así como para varias otras aerolíneas tradicionales del Viejo Continente que ya han desaparecido.