Las fuerzas de seguridad kurdas del norte de Irak capturaron a un chico de 12 a 14 años que vestía un chaleco explosivo y que iba a atentar contra una mezquita en Kirkuk, ciudad capital del distrito kurdo de Irak. El chico llevaba una camiseta del Barcelona con el nombre de Messi en la espalda que cubría el cinturón explosivo. Se lo veía aterrorizado cuando fue detenido. Provenía de la ciudad de Mosul, gran ciudad del norte de Irak en manos del Estado Islámico. Todo el incidente fue captado por las cámaras del canal de televisión local Rudaw. El incidente ocurrió apenas horas después de que un niño de apenas 12 años se volara en la región kurda de la vecina Turquía en una boda, matando a 54 personas.
En un video emitido por el canal Rudaw puede verse cómo dos policías apuntan con sus armas al chico y lo inmovilizan. El chico lleva un chaleco de explosivos pegado al cuerpo, por debajo de una camiseta del Barcelona con el nombre de Leo Messi. Llega luego un equipo de especialistas que desactiva los explosivos y quita el cinturón al niño, que es esposado y llevado a una camioneta.
Según Rudaw, el niño dijo a la policía que fue su padre quien le encargó llevar a cabo el atentado y que uno de sus hermanos se había inmolado horas antes en Kirkuk. Fuentes de los servicios de seguridad iraquíes confirmaron a la agencia alemana DPA que el domingo se evitó otro atentado suicida en Kirkuk y que en la zona hubo un ataque contra shiítas en el que resultaron heridas tres personas. Otras versiones indicaban que el niño declaró en sede policial que había sido secuestrado en Mosul, donde los terroristas del Estado Islámico le pusieron el cinturón explosivo y lo liberaron en Kirkuk.
El caso se conoce un día después de que se supiese que el atacante suicida que el sábado mató a 54 personas en Turquía era un chico de entre 12 y 14 años. El ataque se perpetró, como el fallido de Kirkuk, contra la comunidad kurda. El Estado Islámico tiene a los kurdos como enemigos declarados. Estos lo combaten con gran eficacia: de hecho, durante la gran ofensiva del Isis en Irak en 2014, los kurdos fueron los únicos capaces de detener al grupo terrorista islámico, que pretendía tomar Kirkuk.
Debate por Siria. Mientras, el epicentro de la guerra en Medio Oriente continúa en Siria. Omran, el niño de Alepo cuyas imágenes sacudieron al mundo la semana pasada, dominó la discusión en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Siria en Nueva York, en medio de los reiterados pedidos de un alto el fuego humanitario para la ciudad del norte de Siria. La mayoría de las víctimas civiles en la asediada ciudad las provocan los bombardeos aéreos del régimen sirio de Bashar Assad y sus aliados de Rusia.
Durante la discusión, casi todos los miembros del Consejo se refirieron a las imágenes del pequeño Omran Daqneesh, de cinco años, sentado en el fondo de una ambulancia cubierto de polvo y mirando con asombro su manito ensangrentada tras un bombardeo en Alepo. Su hermano Ali, de diez años, murió a causa de las heridas sufridas en el mismo bombardeo.
"Deténganse por un momento e imaginen que es su hijo, un niño que no sabía nada de los horrores de la guerra", dijo el encargado de Asuntos Humanitarios de la ONU, Stephen O'Brien.
Unas 275.000 personas viven bajo el cerco de las fuerzas del régimen sirio y sus aliados iraníes y libaneses en el este de la ciudad, en manos de los rebeldes, mientras que 1,5 millones de personas necesitan también asistencia humanitaria en el oeste de la ciudad, en manos del régimen de Assad.
Freno de Irán. Apenas una semana después del publicitado inicio de operaciones de aviones de combate rusos sobre Siria desde una base en Irán, Moscú terminó sorpresivamente con la iniciativa. Al parecer Irán mostró su incomodidad con la publicidad que le dio a su colaboración el aparato de propaganda de Rusia. Los bombardeos rusos sobre la ciudad siria de Alepo han sido responsables de gran cantidad de muertes entre civiles.
El 16 de agosto Rusia lanzó por primera vez ataques aéreos en Siria desde la base ubicada en el oeste de Irán. Rusia apoya con ataques aéreos a Assad desde septiembre de 2015. Sus bombardeos han causado muchas víctimas entre civiles, dado que casi todas las misiones utilizan bombas no guiadas ("bobas"). "Esto (por la publicidad de la operación) no estaba acordado y de parte de los rusos fue una manifestación de potencia mundial", lamentó el ministro de Defensa de Irán Hussein Dehghan. También hubo críticas en el Parlamento y en la prensa. El régimen iraní, sin embargo, tiene en Rusia a su mayor aliado estratégico.
El atentado que costó la vida a 54 personas en Turquía fue perpetrado por un chico de entre 12 y 14 años que actuó a las órdenes del Estado Islámico (EI o Isis). Pero la milicia islámica utiliza desde hace ya mucho tiempo a menores con fines terroristas, no solo para perpetrar atentados suicidas, sino también como soldados o centinelas.
En 2015 el Isis publicó un video que causó gran revuelo, en el que un niño de como máximo 12 años mataba a tiros a dos presuntos espías del servicio secreto ruso. En primavera del año pasado se informó también sobre la intensificación del reclutamiento de menores por parte de los yihadistas.
Según un estudio de la Universidad de Georgia en Estados Unidos, el número de terroristas suicidas menores de edad del Isis aumentó significativamente en el último año. Los investigadores analizaron 89 casos en los que niños murieron en nombre del Isis. De ellos casi el 40 por ciento se volaron en coches o furgonetas cargadas de explosivos.
El Isis ha creado unas oficinas propias de reclutamiento cuyo objetivo es alistar a tantos reclutas como sea posible para los denominados "jóvenes leones". Una y otra vez llegan informaciones sobre el reclutamiento forzoso de menores, por ejemplo, de miembros de la minoría religiosa yazidita en Irak.
En las escuelas de la milicia terrorista se adoctrina a los niños desde pequeños con propaganda islamista radical. Más tarde entran en los campos de entrenamiento donde son formados para luchar a muerte. Los niños son muy valiosos para el Estado Islámico para cometer atentados suicidas "porque generalmente tienen menos miedo que los adultos y no pueden analizar la situación mediante experiencias previas", decía un estudio de la Fundación Quilliam de Londres. Los extremistas difunden en Internet imágenes de menores autores de atentados suicidas.