El Partido de los Trabajadores (PT), golpeado por los escándalos y la reciente destitución de la presidenta Dilma Rousseff, perdió la ciudad de San Pablo, su mayor derrota en las elecciones municipales de ayer en Brasil, y lo hizo ante un dirigente de un partido aliado del presidente Michel Temer. En la capital económica de Brasil el candidato del centroderechista PSDB, Joao Doria, cosechó 53,45 por ciento de los votos y se ubicó muy por delante del alcalde saliente, Fernando Haddad, del PT, con apenas 16,46 por ciento de apoyos. Una verdadera debacle del "petismo" en su ciudad de nacimiento. A nivel nacional, odos los candidatos apoyados por Dilma Rousseff perdieron por amplio margen y ninguno pasó al ballottage.
El contundente triunfo de Doria en San Pablo deja en excelente posición al PSDB, que apoyó el impeachment de Rousseff y es parte de la alianza que gobierna el país con el presidente Michel Temer, del PMDB, el partido mayoritario en el Congreso brasileño. Este partido respaldaba la candidatura de Marta Suplicy en San Pablo, una ex dirigente histórica del PT que dejó las filas del partido de Lula hace años. Los sondeos anunciaban una segunda vuelta, con 48 por ciento para Doria, pero luego este superó el umbral del 50 por ciento.
Estas elecciones son consideradas una antesala de las presidenciales de 2018 y las primeras que se realizan desde el impeachment de Rousseff, destituida el 31 de agosto acusada de manipular las cuentas públicas. Temer asumió su mandato hasta fines de 2018 y los resultados de estos comicios mostrarán cómo se redistribuirán las fuerzas de cara a las presidenciales de ese año. El PSDB de Doria gobernó Brasil con Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), antes de Lula da Silva (2003-2010) que inició la era de más de 13 años del PT en el poder.
Lula, despechado. Lula, precisamente, no pudo contener su bronca ante la derrota total paulsita. El ex presidente intentó minimizar la influencia del escándalo de Petrobras en las elecciones municipales de ayer en todo el país, y calificó al vencedor en San Pablo, Joao Doria, como un "aventurero" similar a Fernando Collor de Mello, mandatario electo en 1990 que fue destituido por impeachment en 1992. "San Pablo corre el riesgo de poner un aventurero del cual no se sabe nada, así como Collor de Mello, que fue abrazado por la cadena Globo", disparó Lula en conferencia de prensa luego de votar en su distrito paulista. Al ganar San Pablo con Doria, el PSDB gana peso nacional. Se posiciona el "padrino" de Doria, el gobernador paulista Geraldo Alckmin, hacia las presidenciales de 2018. El PT gobernaba San Pablo desde 2012, con Fernando Haddad. Uno de los más madrugadores en votar fue Temer, quien llegó minutos antes de que se abrieran las puertas de su colegio electoral en San Pablo, a las 8 locales. Ahora fuera del gobierno en Brasilia, el PT puede ser uno de los que más terreno pierda en estos comicios.
En Río. En Río de Janeiro, otro de los mayores municipios brasileños, habrá segunda vuelta el 30 de octubre entre el obispo evangélico y senador Marcelo Crivella, del partido PRB, y el candidato Marcelo Freixo, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) formado por disidentes del PT. Crivella sumaba 27,63 por ciento de los votos, contra Freixo, que cosechaba 18,47 por ciento. El PT no presentó candidato propio a la alcaldía carioca, pero tanto Lula como Rousseff apoyaron a la candidata comunista Jandira Feghali, que quedó fuera de carrera.
El PT apenas mantuvo la alcaldía de Río Branco, en Acre, y disputará la segunda vuelta electoral en Recife, capital de Pernambuco. En Salvador, la derecha se hizo más fuerte con la reelección, con 73 por ciento de los votos, del intendente Antonio Carlos Magalhaes Neto, de Demócratas, en la capital de Bahía, Estado gobernado por el PT que no pudo traccionar votos. Perdió con apenas 14 por ciento de los votos la comunista Alice Portugal, apoyada en persona por Rousseff.
Todos los candidatos de la destituida mandataria cayeron sin chance de segundo turno, como Jandira Feghali en Río (quinta, con 5 por ciento) y Raúl Pont, tercero en Porto Alegre. La votación para elegir más de 5.500 alcaldes y decenas de miles de concejales de 26 Estados, obligatoria para gran parte de los más de 144 millones de empadronados, no había registrado "ningún incidente grave" informó el Tribunal Superior Electoral (TSE).