El Congreso de Brasil rechazó ayer por segunda vez en más de dos meses levantar la inmunidad al presidente Michel Temer para que sea investigado por las acusaciones por corrupción en su contra. Al menos 157 diputados votaron a favor de Temer con lo que, sumadas 14 ausencias y una abstención, impidieron antes del final de la votación que se alcance la mayoría de dos tercios (342 de 513) necesaria para autorizar la suspensión de Temer por 180 días.
La maratónica sesión, que había comenzado por la mañana, estuvo en duda por la noticia del internación de Temer, quien fue traslado al Hospital Militar luego de sentirse mal. Según informó el Ejecutivo en un comunicado oficial, en el centro de salud le fue constatada una obstrucción urinaria. Después de siete horas, el presidente obtuvo el alta. La hospitalización de Temer tomó a todos por sorpresa, después que el pasado 11 de octubre la Presidencia asegurara que su salud era "excelente", relativizando la detección de una obstrucción arterial coronaria "leve", que solo debería tratarse con aspirina y dieta.
Los cargos de asociación ilícita y obstrucción a la Justicia contra el líder conservador fueron presentado por el ex fiscal general Rodrigo Janot el 14 de septiembre, tres días antes de finalizar su mandato. Esa fue la segunda denuncia que formuló contra Temer en poco más de tres meses.
En la segunda denuncia, Janot incluyó a otros seis miembros del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, derecha) de Temer, entre los que se encuentran el jefe de Gabinete, Eliseu Padilha, y Wellington Moreira Franco, ministro jefe de la Secretaría General de la presidencia. De acuerdo con la acusación, Temer forma parte de lo que la fiscalía calificó como el "PMDB de la Cámara", un "organización criminal" formada por diputados del partido del presidente que participaban en una trama de sobornos controlada desde el Parlamento. Según la Fiscalía, esa asociación delictiva participó de "un esquema que permitió que los denunciados recibiesen por lo menos 587 millones de reales (188 millones de dólares) en sobornos". Las denuncias contra el presidente están enmarcadas en el caso "Lavo Jato" ("Lavado de autos"), una megacausa que investiga una enorme red de corrupción política desde hace más de tres años. Temer, que según las últimas encuestas publicadas tiene una aprobación de entre el tres y el 5 por ciento, niega todos los cargos.
Tras haber sido denunciado por corrupción pasiva, Temer fue acusado por la Fiscalía General de liderar una "organización criminal" para expoliar al Estado, que habría recibido 587 millones de reales en sobornos (casi 190 millones de dólares al cambio actual. La investigación al respecto salpicó a los principales partidos, de izquierda y derecha. Los cargos también alcanzaron a dos de los principales ministros: el jefe de la Casa Civil Eliseu Padilha (una especie de premier), y el secretario general de la Presidencia, Moreira Franco.
3 por ciento de apoyo popular
Aunque Temer volvió a salvar su mandato, la erosión sufrida por un gobierno con apenas 3 por ciento de apoyo popular abre grandes interrogantes acerca de sus posibilidades para aprobar medidas de ajuste reclamadas por los mercados, incluyendo una espinosa reforma del sistema de jubilaciones a menos de un año de las elecciones generales.
En la apertura de la sesión, el diputado oficialista Bonifácio Andrada, relator del caso en la Comisión de Ciudadanía y Justicia, pidió que los legisladores rechazaran la denuncia por "infundada, mentirosa, vacía, falsa" y no autoricen a la Corte Suprema a analizarla. Si hubiera sido elevado a juicio, Temer habría sido suspendido y perdido su cargo. El gobierno brasileño administró partidas presupuestarias y aprobó medidas polémicas, como un corte en las multas ambientales para las empresas, lo que llevó a diputados opositores como la comunista Jandira Feghali a denunciar que habían corrido "muchos millones" para agradar a la base aliada.
El diario O Estado de Sao Paulo evaluó ayer en 32.100 millones de reales el costo de las dádivas otorgadas a diputados entre junio y octubre. Los oficialistas, por su parte, apostaron durante la jornada a repetir el mismo resultado de la primera acusación —263 votos contra 227— y lanzar de inmediato una campaña para empujar las reformas económicas que aún están pendientes. "Estamos a menos de un año del proceso electoral y precisamos dar vuelta la página y enfocarnos de inmediato en la agenda económica", dijo el diputado Pauderney Avelino, del partido DEM (derecha).
Control médico. Militares vigilan el centro asistencial donde Temer fue llevado por un problema urológico.