El ataque de la aviación siria contra un convoy de la ONU que llevaba medicinas y alimentos a la sitiada Alepo ha hecho estallar en furia al habitualmente medido secretario general de la ONU, Ban Ki-moon en su discurso de apertura de la Asamblea General de la ONU. Ante una platea global, el saliente jefe de la ONU no dudó en acusar al régimen sirio de Bashar Assad de haber "matado más civiles que ningún otro grupo" armado en la terrible guerra siria. El régimen "continúa bombardeando zonas urbanas y torturando millares de detenidos", agregó Ban. El secretario general ha exigido una "transición política" en Siria, lo que implica la salida de Assad del poder. "El futuro de Siria no debe depender del destino de un solo hombre", dijo al respecto.
Sobre el ataque al convoy, que dejó al menos 20 muertos, Ban lo definió como "repugnante, salvaje y deliberado". Ha exigido justicia por este y otros crímenes de guerra cometidos en Siria. "Los operadores que llevaban ayuda eran héroes: los que los han bombardeado son unos cobardes. Cada vez que pensamos que no puede ir peor, se cae aún más bajo", lamentó Ban, quien no disimuló su indignación. Pocas veces el jefe de la ONU ha sido tan explícito en su condena del régimen de Bashar Assad, más aún teniendo en cuenta el alto perfil mediático e institucional que tiene el discurso de apertura de la Asamblea Anual de la ONU. Ban extendió la condena a los "poderosos patrocinadores que siguen alimentando la maquinaria de guerra", que "también tienen las manos manchadas de sangre", aunque sin identificarlos por nacionalidad como sí hizo con Assad.
El raid aéreo lanzado el lunes se dio junto con la declaración oficial siria del fin del cese del fuego de una semana impulsado por Estados Unidos y Rusia. Tanto Siria como su aliado Rusia negaron ser los autores del brutal ataque a la columna de ayuda de la ONU —acto que constituye un claro delito de guerra. Pero los informantes independientes y Estados Unidos, así como el lugar y el momento en que ocurrió el bombardeo señalan a la aviación de Assad o a sus aliados rusos. Alepo es la capital de la resistencia rebelde a Assad y al mismo tiempo en que se lanzaba el ataque contra el convoy de la ONU, la zona rebelde de Alepo sufría cuatro bombardeos aéreos, sin duda de autoría siria o rusa. En esta serie de ataques murieron más de 50 personas.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) anunció que todas las operaciones humanitarias en Siria "quedan suspendidas" tras el ataque en las cercanías de Alepo. "Por ahora no tenemos una visión global de lo que pasó, pero se ha tomado la decisión de que todas las operaciones humanitarias de convoyes sobre el terreno quedan suspendidas por el momento", afirmó un portavoz de la OCHA.
Reunión en "clima pesado". Poco después del encendido discurso de Ban, el secretario de Estado estadounidense John Kerry sostuvo que el cese del fuego en Siria "no está muerto". Lo dijo tras un breve y tenso encuentro de las 23 naciones del llamado "grupo internacional" para Siria, bajo la presidencia de Kerry y su par ruso, Sergei Lavrov, al margen de la Asamblea de la ONU. El enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, señaló que aún hay esperanzas de revivir el cese de hostilidades. A su vez , "el sentimiento general es que nadie quiere renunciar" a sus aspiraciones estratégicas en el tablero sirio, dijo el ministro británicode exteriores, Boris Johnson. Por su parte, el canciller francés, Jean-Marc Ayrault, coincidió en que la reunión fue tensa pero señaló que otros países deberán ahora ayudar a Moscú y Washington a superar diferencias. "Fue una reunión bastante dramática, había un ambiente pesado. Hay esperanzas. No puedo responder ahora, pero haremos todo lo que podamos", dijo.
En la visión de Ayrault, "la negociación entre Estados Unidos y Rusia llegó a su límite. Hay mucho que aún no ha sido dicho. Pero rusos y estadounidense no pueden hacer todo esto solos".