La llegada de cientos de miles de refugiados a territorio europeo y atentados extremistas como los que sembraron el terror en París en noviembre pasado alimentaron en 2015 la xenofobia y el racismo, según denunció un informe publicado por la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (UE).
"En 2015, sentimientos xenófobos saltaron a la palestra en varios miembros de la Unión Europea, alimentados en gran parte por la llegada de grandes cantidades de solicitantes de asilo e inmigrantes, así como por los ataques terroristas de París y Copenhague", señaló este organismo comunitario, con sede en Viena.
En su informe sobre derechos fundamentales en el período de 2015, la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA) recordó que aunque la llegada de refugiados despertó grandes muestras de solidaridad, también se han producido protestas y actos de violencia contra los inmigrantes.
La FRA remarcó además que el perfil de los autores de esos ataques islamistas como los de París es el de jóvenes musulmanes, ciudadanos de la UE descendientes de inmigrantes que se radicalizaron en sus países y recibieron entrenamiento en bases en Medio Oriente.
En su reporte, la FRA recordó que la población musulmana de Europa se ha visto sometida a un intenso escrutinio y que los refugiados e inmigrantes, muchos de ellos de esa religión, han sido víctimas de violencia racista, según reprodujo la agencia de noticias EFE.
Por ejemplo, el informe destacó que mientras en 2014 se produjeron en Alemania 203 ataques a centros de recepción de refugiados, el número de incidentes se disparó hasta 1.015 el año pasado.
Si en los años anteriores las autoridades alemanas indicaron que esos ataques tenían detrás una motivación ideológica de extrema izquierda, en 2015 la tendencia se revertió y los autores de los ataques se identifican principalmente con la extrema derecha.
De hecho, el episodio público más reciente de una manifestación de xenofobia ocurrió anteayer en Alemania: Jerome Boateng, el
futbolista negro de la selección nacional y del equipo Bayern Munich, fue blanco de agravios racistas por parte de un líder de la ultraderecha de la primera potencia de Europa.
Alexander Gauland, vice jefe del partido Alternativa para Alemania (AfD) dijo que "a la gente le parece un buen jugador. Pero no quisieran a un Boateng como vecino", según declaraciones hechas a la edición dominical del Frankfurter Allgemeine Zeitung, que tituló el artículo: "Gauland insulta a Boateng".
Apenas 24 horas después, las declaraciones de líder de ultraderecha fueron condenadas por la canciller Angela Merkel.
El organismo recordó que la fuerza policial de la UE, Europol, advirtió recientemente que "los actos de violencia de (el grupo extremista) Estado Islámico tienen el potencial de aumentar el número y la intensidad de las actividades, tanto legales como ilegales, de la extrema derecha".
Más allá de estos episodios de violencia, la FRA se hizo hincapié en la retórica política usada por gobiernos de varios países, como Hungría, Estonia o Eslovaquia.
En estos discursos ultraconservadores se suele hablar de la fe islámica de muchos de los refugiados recién llegados como un riesgo para los valores y las tradiciones de los países europeos.
La FRA utilizó además los últimos datos registrados por Eurobarómetro, la encuesta anual que mide la opinión pública de las sociedades de la UE. Según este sondeo, en 2015 la mayoría de los ciudadanos del bloque se sienten más tranquilos trabajando con cristianos, judíos, ateos o budistas que con musulmanes.
"Los ataques terroristas este año reforzaron los estereotipos del islam y los musulmanes como una amenaza a la seguridad, parcialmente alimentado por la preocupación sobre los llamados 'combatientes extranjeros' que regresan a la UE", explicó la FRA.
Por eso, al publicar este nuevo informe, el director de la FRA, Michael O'Flaherty, destacó que "la determinación de la UE sobre derechos humanos fue puesta a prueba dolorosamente, con asaltos a muchas de las libertades, derechos y valores en los que la UE se asienta".
"La Unión Europea y sus Estados miembros tienen que mantenerse firmes en la defensa de los derechos a los que todos tienen legalmente derecho, bien hayan vivido en la UE por generaciones, bien acaben de llegar a las costas de Europa", reclamó el experto irlandés.