Al menos cuatro personas murieron en la explosión en serie de varias bombas el jueves y ayer en zonas turísticas de Tailandia, unos ataques que no fueron reivindicados pero que los militares en el poder creen atribuyen a opositores locales. En total, entre el jueves y el viernes se produjeron once explosiones en cinco provincias del sur de Tailandia, entre ellas, las estaciones balnearias de Hua Hin y Phuket, dejando cuatro muertos. "Esto no es un ataque terrorista. Es solo un sabotaje local que está circunscrito a ciertas zonas y provincias", dijo la policía nacional, una tesis que repitió el jefe de la junta militar, general Prayut Chan-O-Cha.
La estación de Hua Hin es la más afectada, con un doble atentado el jueves por la noche, que dejó un muerto y 21 heridos, entre ellos turistas extranjeros. La fallecida era una vendedora ambulante, mientras que entre la veintena de heridos, 10 son extranjeros según un último balance de la policía. De ellos, cuatro son holandeses, tres alemanes, dos italianos y el último, austríaco. "Hubo mucho ruido, la policía corría por todos lados. Fue terrible", explicó Michael Edwards, un turista australiano que fue testigo de la explosión. Ayer por la mañana, un nuevo doble atentado en el mismo barrio turístico provocó la muerte de una segunda persona, generando una oleada de pánico en esta localidad costera.
Llamado a la prudencia. Persianas bajadas, calles vacías... Frente al carácter inédito de este ataque coordinado en varias ciudades de Tailandia, los habitantes de Hua Hin decidieron encerrarse en casa. En la ciudad de Surat Thani, 400 kilómetros más al sur, una empleada municipal perdió la vida en la explosión de una bomba. Y en Phuket, la localidad costera más reputada de Tailandia, se contabilizó un único herido leve, pero el lugar del ataque es simbólico: Patong, una de las playas más turísticas del país. Varios países, entre ellos Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña, llamaron a sus nacionales a ser prudentes y evitar lugares públicos. Por el momento, las autoridades no privilegian ninguna pista, como una posible venganza política en un clima de fuerte represión de las libertades desde el golpe de Estado de 2014. También está la posibilidad de que el ataque fuera perpetrado por separatistas musulmanes del extremo sur del país.
Un portavoz de la policía, Krissana Pattanacharoen, explicó que las bombas se parecen a los dispositivos utilizados por los separatistas.
Hua Hin, situada a 200 kilómetros al sur de Bangkok, es una localidad frecuentada por numerosos turistas extranjeros, pero también tailandeses. Muchos habían llegado a esta localidad costera el jueves, por ser el inicio de un largo fin de semana feriado, con motivo del cumpleaños de la reina de Tailandia hoy.
En Hua Hin, con su primera línea de playa invadida por los grandes hoteles internacionales y los bares nocturnos, también se encuentra la residencia de verano de la familia real. El último ataque de magnitud en Tailandia tuvo lugar en agosto de 2015, cuando 20 personas, entre ellas numerosos turistas chinos, murieron en la explosión de una bomba en Bangkok.