Luiz Inácio Lula da Silva fue el héroe obrero de Brasil, el metalúrgico que piloteó su milagro económico y una estrella internacional, aunque para la Fiscalía fue también el "comandante" del mayor escándalo de corrupción del país. Con 70 años, su improbable destino da su giro más oscuro. Apenas dos semanas después de ver cómo su ahijada política, Dilma Rousseff, era destituida por el Senado, al patriarca de la izquierda que presidió al mayor país de América latina entre 2003-2010, le llegó otro golpe judicial. No es el primero de este año terrible, que comenzó con la policía despertándolo para interrogarlo, pero sí el más severo. Por primera vez, el Ministerio Público lo acusa de haber recibido sobornos de la red corrupta que desangró a la estatal Petrobras y que ya puso en la mira de la Justicia a gran parte de la élite política y arrastrado a la cárcel a numerosos empresarios de peso.
Nacido en el árido noreste en octubre de 1945, Lula conoció desde la cuna lo más dramático de la pobreza que azotaba a casi un tercio de los brasileños. El séptimo hijo de un matrimonio de analfabetos fue abandonado por su padre con siete años, antes de que la familia emigrara a la prometedora capital industrial de Brasil, San Pablo. Fue vendedor ambulante y lustrabotas, a los 15 años inició su formación de tornero mecánico, perdió un meñique en una máquina y al final de los 70 se convirtió en el líder sindical al mando de una histórica huelga que desafió a la dictadura (1964-85).Brasilia, sin embargo, se hizo esperar y en tres ocasiones fue derrotado como candidato presidencial al frente de su Partido de los Trabajadores (PT), que él mismo había cofundado en 1980. El político llegó finalmente a la presidencia en 2003, montado en promesas de justicia social, mientras el real caía ante el temor de los mercados a un presidente sindicalista. "Escapé de morir de hambre antes de los 5 años, eso fue un milagro. El segundo fue obtener un diploma de tornero mecánico. Otro fue adquirir conciencia política, fundar un partido. Y otro fue que llegué a la presidencia. Y fui mejor que todos ellos, cientistas políticos, médicos, abogados que presidieron el país", recordó tras declarar ante la justicia en marzo. Durante sus dos mandatos, empujados por el viento a favor de la economía mundial, 30 millones de brasileños salieron de la pobreza e ingresaron en las clases medias. Su ascensión causó furor y la revista Foreign Policy lo describió como una "estrella del rock de la escena internacional". Lula coronó su mandato, y su popularidad mundial, consiguiendo para Brasil la sede de la Copa del Mundo de fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. Aunque no acabó la secundaria, el ex presidente cuenta con 30 títulos honoris causa de universidades del mundo.
Batalla. La causa Petrobras no es la primera que envuelve a Lula en un escándalo de corrupción. En 2005 su gobierno se tambaleó cuando perdió a algunos de sus principales ministros y jerarcas del PT, acusados de crear una millonaria contabilidad ilegal (el "mensalao") para pagar a partidos y congresistas a cambio de apoyo político. El ex presidente consiguió mantenerse al margen, fue reelegido en 2006, y en 2010 consiguió la victoria de su heredera política Dilma Rousseff.
Un año después de dejar el poder, al ex mandatario le diagnosticaron un cáncer de laringe que superó, aunque dejó huella en su voz áspera con la que declaró a la Justicia haber sufrido una "canallada homérica" en estos meses.