Formosa tiene su encanto. Su atracción. También sus limitaciones. La infraestructura es escasa. El gran porcentaje de la población ocupa un puesto público. Nadie lo dice, pero se percibe a simple vista que la economía es bastante informal. Cuenta con calles angostas, al menos en la zona céntrica. Las estructuras de las casas no son para nada lujosas. El movimiento es constante por la mañana y la tardecita. Reina la calma total a la hora de la siesta. La gente va y viene a paso lento. Observando, curioseando cada local del popular Mercado Paraguayo, que es el principal foco de atracción para el turista y nutre prácticamente el consumo interno de los parroquianos.
Ovación hizo una recorrida por los alrededores del Mercado Paraguayo. A diferencia de los tradicionales comercios que están todos bajo un mismo techo, acá cada uno de los locales da a la calle Belgrano, que es la principal de esta especie de mercado persa o Saladita.
"Abrimos a las siete y empezamos a guardar todo a las 20.30. La gente viene acá porque es más barato que los negocios que están sobre la avenida principal, la 25 de Mayo. Además, el mercado ofrece de todo. Hay variedad y esto es lo que le gusta al cliente", cuenta Gaby, mientras comparte unos tererés con Laly en el ingreso del comercio que atienden y "vendemos desde zapatos, pasando por electrónica y ropa".
En cada puesto hay una variada oferta de productos. La electrónica e indumentaria es el imán principal debido a su bajo costo y, en algunos casos, aceptable calidad. Pero se ven productos de similares características que en nuestra ciudad a mitad de precio.
Un radio de seis o siete cuadras conforman este Mercado Paraguayo, que recibe este nombre en obvia alusión al vecino país, que está a la vista de todos y sólo lo separa de Argentina el río Paraguay.
"La gente ahora viene a comprar acá, pero los primeros días de cada mes, que es cuando cobran casi todos, se cruzan en barco porque allá es mucho más barato", relata Jamir al enviado de este medio con naturalidad. "Pasa que acá enfrente está Alberdi y es como ir a comprar a Asunción, Encarnación o Ciudad del Este. Es barato", acotó con precisión. "En 20 minutos llegan vía barquitos", remarcó.
La diferencia entre Alberdi y el Mercado Paraguayo es que para ir a Paraguay antes hay que hacer cola, aduana y abonar 100 pesos de boleto para ir y volver. También hay un límite de compra por la Afip, que es de 150 dólares por persona. Y no todos pueden perder tantas horas para adquirir algún producto puntual, que va desde elementos para autos, motos, ferretería, bazar, juguetería, indumentaria, farmacia, computación, zapatería y demás cuestiones vinculadas al consumo masivo.
Según algunos testigos que se cruzaron al otro lado del país, "conviene y mucho ir a Alberdi". Pero el verdadero polo de atracción que acapara al turista a simple vista es el denominado Mercado Paraguayo, que está atendido por guaraníes y formoseños de diversas generaciones, siempre con respeto y humildad a la hora de tomar contacto con el visitante eventual.