"Los derechos de las minorías LGBTIQ son derechos humanos y desde esa perspectiva hay que trabajar". Ese fue el planteo con el que el director nacional de Políticas Integrales de Diversidad Sexual, Diego Brosinok, puso en perspectiva los debates que ayer se llevaron adelante en el marco del Primer Congreso Nacional de Diversidad Sexual y Derechos Humanos que, organizado conjuntamente con Santa Fe, se llevó adelante en la sede local de Gobernación. El encuentro que promete ser "el primero de muchos para trabajar desde la Nación con todas las provincias del país", anticipó el funcionario a cargo de la Dirección creada el 10 de diciembre pasado. Las problemáticas de la población lesbiana, gay, bisexual, trans, intersex y queer (LGBTIQ) pusieron en discusión, a través de los referentes de diferentes organizaciones, los cambios culturales, el impulso de la ley de educación sexual integral y la crítica situación social de la población trans; y no faltaron las voces disonantes (ver aparte).
Con más de 450 inscriptos —y una capacidad prevista para 300—, la convocatoria de la jornada, que se inició a las 9.30, con la presencia del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, superó "todas las expectativas", recalcó el subsecretario de Políticas de Diversidad Sexual santafesino, Esteban Paulón; y recalcó que los participantes llegaron desde las ciudades de Mendoza, Córdoba, Buenos Aires, Santa Cruz, Chubut, Neuquén y hasta Jujuy.
Para Paulón, la elección de Rosario "representó un reconocimiento al movimiento, a las organizaciones y a los colectivos sociales que desde hace décadas vienen posicionando los temas de diversidad sexual en la agenda pública; y llega a 20 años del primer encuentro de organizaciones LGBT que justamente se hizo en la ciudad". De este modo, los manifestó el director nacional al remarcar que "la provincia de Santa Fe y Rosario fundamentalmente han estado a la vanguardia".
Vulnerables. La crítica situación social, laboral, educativa y de acceso a la salud y la Justicia de la población trans fue una de las principales problemáticas y desafíos que se pusieron en debate. Se trata de unas 22 mil personas —10 mil con cambio de identidad concretado a través de la modificación del DNI en el marco de la ley de identidad de género y otros 12 mil que aún no lo concretaron—, según estimó el referente nacional, y recalcó que "en el 80 por ciento de los casos son personas que no tienen acceso a un trabajo formal".
Sobre ese punto, se extendió en uno de los paneles Nadia Molina, referente en Argentina de la Red de Personas Trans para Latinoamérica y el Caribe (Redlactrans), integrada desde 2006 por organizaciones de más de 20 países.
"La ley de identidad de género es sólo el principio, para que nos reconozcan y sepan que existimos", recalcó Molina, a la hora de dar cuenta de todo lo que aún resta por avanzar "para acceder a una ciudadanía de plenos derechos". Una situación que hace que la expectativa de vida de las personas trans sea en la Argentina de apenas 42 años, y que en otros países esté por debajo de los 40.
En su presentación, Molina destacó la incidencia del virus del sida entre las personas trans, y detalló que en la Argentina la incidencia de la enfermedad en esta población supera el 34 por ciento ; y en Latinoamérica las cifras de la incidencia de la enfermedad oscilan entre el 20 y el 40 por ciento en los diferentes países.
Cambio cultural. El cambio cultural que se requiere "para que los derechos ganados en la ley se trasladen a la igualdad social" fue otro de los desafíos que las políticas públicas tienen por delante, por lo que Paulón insistió en la necesidad de "trabajar desde la educación".
Allí, la implementación de la ley de educación sexual integral mantiene varias deudas pendientes. "Hay que fortalecer ese debate, y la implementación de la educación sexual en todo el país", recalcó.
Además del homenaje a los detenidos desaparecidos y la colocación de una placa, a primera hora de la tarde, las identidades de género, la niñez y la familia, y el recorrido histórico del activismo en la Argentina fueron parte de los debates de la tarde previos al cierre.
"No queremos gestos, sino políticas reales"
Fundador del mítico Colectivo Arco Iris —la primera organización en defensa de los derechos LGBT— y más tarde de la Asociación Civil Vox, el referente del movimiento en Rosario, Guillermo Lovagnini, participó ayer del congreso no sin alzar su voz disidente. "No queremos gestos, queremos hechos, políticas reales para los problemas reales que existen y no paran", dejó en claro sin un pelo en la lengua, y recalcó "la falta de acciones concretas que mejoren vida de la gente" por parte del gobierno provincial. Es más, deslizó que la conformación de la Subsecretaría de Políticas de Diversidad Sexual no fue más que una forma de neutralizar el movimiento de las organizaciones. Para Lovagnini, hay problemas urgentísimos. "Cuánto hace que no ves una campaña de prevención del sida", preguntó irónicamente. "Los pibes se están muriendo porque la gente se sigue infectando, y la población trans no tiene trabajo, está obligada a prostituirse, y no vive más de 30 años. Esos son los problemas que tenemos", agregó.
La implementación en todas las escuelas —públicas y privadas— de la ley de educación sexual integral es otro de los reclamos que el referente viene sosteniendo desde hace años. En ese punto hizo hincapié en las "situaciones de acoso y bullying que se dan en las instituciones, donde a los chicos les dicen «gordo puto»; y eso se vio el otro día, en el caso de Venado Tuerto, donde se investiga si el adolescente que se suicidó no sufría este tipo de situaciones". Entre la ironía y la bronca, Lovagnini reclamó que "primero hay que solucionar los problemas con políticas reales, y después hacer la fiesta". La queja también pasó por la falta de convocatoria a las organizaciones locales al congreso. "Hay que dejar de hacer puro humo", se plantó.