Zamba, el popular personaje de Canal Pakapaka, cambió la manera de acercar la historia nacional y Latinoamericana a los chicos: ya no resulta extraño verlos jugar a ser San Martín o Juana Azurduy. El historiador Gabriel Di Meglio analiza qué pasa hoy con las señales educativas de Encuentro y Pakapaka, y estima que a las discusiones históricas sostenidas desde estas pantallas no serán cambiadas por otras desde la actual gestión sino clausuradas: "El giro no será reemplazar a Juana Azurduy por Roca sino no dar más el debate".
Di Meglio también es docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador del Conicet. Trabajó para los canales Encuentro y Pakapaka, en el primero estuvo al frente de ciclos como "Historia de las clases populares" y "La historia en el cine", entre otros. Y en la señal infantil fue uno de los creadores y guionistas hasta 2012 de "La asombrosa excursión de Zamba". Mira con preocupación el futuro de estos canales educativos, donde hoy lo que se ve son sobre todo repeticiones. Del otro lado del teléfono se nota su enojo con ciertas críticas a algunos contenidos de los canales educativos, muchas de las cuales considera fueron realizadas casi desde el desconocimiento. También marca diferencias con el actual responsable de los medios públicos, Hernán Lombardi, que consideró a Zamba un personaje ganado por el llamado "relato K".
—¿Cómo ves el debate sobre los contenidos de Encuentro y Pakapaka que se dio en el último tiempo?
—Estoy bastante molesto porque se habla de Encuentro y Pakapaka diciendo cosas que no se hicieron. Por ejemplo, yo hice un capítulo de Zamba dedicado a Sarmiento donde lo deja bien parado. Y sin embargo aparecen funcionarios diciendo que el capítulo habla mal del personaje histórico. Claramente no lo vieron, porque si bien el capítulo muestra sus luces y sombras, es más prosarmientino que anti. Lo que pasa que después Zamba hizo otra cosa donde yo ya no estaba, que se llamó "Quiero mi Monumento", una especie de juego de preguntas y respuestas, que es un micro de dos minutos. Ese es tal vez antisarmientino. Pero decir que Zamba es revisionista es absurdo. Lo que se buscó es sobre todo generar una atracción de los pibes hacia la historia. Por otro lado, lo que habilitó Encuentro es que gente que viene del mundo académico en biología, matemática, química o historia como es mi caso, acercase lo que se produce en las universidades. Una divulgación científica que informe las novedades.
—¿Y cómo te cae cuando reducen a Zamba como un producto del llamado "relato K"?
—Me parece una soberana tontería que no resiste un análisis. Es un lugar común. Lo que ha pasado en estos años es que todo se exagera al extremo. Sinceramente creo que mucha gente que habla mal de Zamba no lo vio nunca y lo repite porque lamentablemente empezó a generarse eso. Los primeros años de Zamba, cuando no era conocido, lo daban en las escuelas y a nadie le importaba demasiado. Hasta que de golpe entró en la disputa política, entonces todo aquel que estaba en contra del kirchnerismo hablaba mal de Zamba, cuando en realidad el personaje es otra cosa. Puede gustar o no, hay docentes a los que les gusta y a otros que no, porque efectivamente toma algunas decisiones que pedagógicamente pueden ser complicadas. Algunos anacronismos o que un nene vaya al pasado, que es imposible. Pero el objetivo que tuvo es atraer a los chicos a la historia en temas de efemérides, tratando de tener una mirada más nueva de las cosas.
—En esa mirada nueva se incorporaron personajes como Juana Azurduy.
—Eso es importante, porque los héroes parecen ser todos hombres. Entonces es muy interesante tener alguna heroína, que las chicas jueguen a ser Juana Azurduy como he visto. Eso también lo habíamos generado con el personaje de Niña, la amiga de Zamba, para tener una heroína femenina y que es afro. La idea ahí era introducir algo contra el mito del país blanco.
—¿Qué rebote tuviste de los docentes de estos contenidos?
—Con Zamba tuve muchos y buenos debates con docentes, con críticas que se pueden aceptar perfectamente; porque Zamba solamente funciona si después el docente trabaja sobre el hecho o tema que plantea. Si a un nene le querés enseñar sobre San Martín y Sarmiento y sólo le ponés Zamba no le enseñás nada. Simplemente es una apertura para que los chicos se identifiquen con el tema y se diviertan como cuando miran otro dibujito no didáctico. No es un material de aula. En ese sentido los docentes están obligados, si deciden usar a Zamba, a trabajar sobre eso. Hay docentes a los que les parece maravilloso y a otros que no. Y eso está buenísimo, porque es un debate educativo. La que me molesta es la crítica del que no lo vio, del que se queja del relato kirchnerista pero no muestra dónde está. Nunca nos bajaron ninguna línea gubernamental. En 2010 en Encuentro nos pidieron un programa para chicos sobre la Revolución de Mayo, ahí inventamos el dibujito animado con la productora El Perro en la Luna. No es que alguien bajó un contenido. El personaje se hizo masivo y apareció en Tecnópolis. Pero esa idea de bajada de línea K me parece directamente obscena. Lombardi (ministro de Medios Públicos) habla mal de Zamba, pero estoy seguro que el capítulo sobre Sarmiento que critica no lo vio o está hablando del micro "Quiero mi Monumento". Toman el todo por la parte y eso no está bueno, no me parece interesante politizar un dibujito que tiene otro objetivo. No digo que Zamba no tenga una línea editorial porque por supuesto la tiene, pero no es lo que están diciendo. También pienso que hay mucha gente que lo critica no porque tenga otra mirada de la historia sino porque preferiría no hablar de historia. Son quienes piensan que la historia está de más y que lo importante está hacia adelante, no en revisar el pasado. Eso implica luego tomar decisiones como poner animales en un billete. Como investigador me dedico a la historia popular y tampoco me parece tan interesante estar enalteciendo todo el tiempo a San Martín o a Belgrano. En Zamba lo hacíamos en las fechas en que se los recuerdan y para enganchar a los chicos. Para un adulto haría otra cosa. En los debates sobre Zamba defiendo que es un dibujito animado, con las reglas del género. Por eso también se cayó en un lugar un poco injusto con el personaje, al que más bien habría que aprovechar, porque no es tan sencillo que los chicos se enganchen con la historia. Más vale construir sobre eso que fue un éxito, donde los chicos juegan a ser Zamba, más que atacarlo porque es una mirada distinta.
—El problema es que Zamba quedó en medio de esa disputa política.
—Lamenté mucho eso. Canal Encuentro logró quedar hasta casi el final a salvo de eso, hasta que desbordó todo. Y llegamos a tales niveles de locura que para la gente cualquier cosa producida por el Estado es asociada con el gobierno, y entonces cualquier producción de la era K está mal. Eso es una locura, es la destrucción de un país. Si cambia de signo político el gobierno y tenés un personaje que funciona usalo. A los chicos sí les gusta. Le pueden cambiar la línea editorial, pero lo que sería bueno es que sigan manteniendo cierta rigurosidad en los contenidos.
—¿Qué pasará con estos contenidos y el debate histórico?
—Si tuviera que apostar, creo que el giro del nuevo gobierno pasa más por no discutir historia que decir "donde el anterior gobierno exaltaba a Juana Azurduy nosotros vamos a exaltar a Roca". No van a ir por ese lado, por más que a algún sector pueda gustarle eso. Pero lo veo más bien de mirar hacia adelante, de "basta de pasado, cerremos las heridas". Ojo, es algo que pasa en muchos lados del mundo, incluso hay un libro de Andrés Oppenheimer que se llama "Basta de historias! La obsesión latinoamericana con el pasado y las doce claves del futuro", como si revisar el pasado fuese algo que te deja en el atraso y sólo pensar en el futuro es bueno. Una mirada totalmente absurda, pero que está dando vueltas.
En la Facultad Libre Rosario
El historiador Gabriel Di Meglio dictará en Rosario el seminario "Movilizaciones. La historia argentina vista desde la calle" organizado por la Facultad Libre. También serán profesores de esta propuesta educativa Javier Trímboli y Daniel Sazbón. Los encuentros del seminario son de una periodicidad mensual, un lunes por mes, de 18 a 22. Comienza el 30 de mayo próximo. La inscripción es de lunes a viernes de 15 a 19 en la sede de la Facultad Libre, 9 de Julio 1122, sede donde se dictará el seminario. También se puede consultar en el sitio www.facultadlibre.org