Amigos del histórico dirigente peronista del departamento General López, Julio Eggimann, le prometieron a Julito un velorio decoroso. Es que tras el intento frustrado por quedarse con la secretaria general del PJ en ese departamento por la malograda lista de Agustín Rossi, los inefables compañeros de café le dijeron que era tiempo de enterrar sus pretensiones de liderazgo. Incluso uno de sus amigos, Mario, se ofreció para dar el discurso final antes de "velar" sus nuevas intenciones de conducción. "Acá yace un compañero que fue bueno pero siempre se equivocó a la hora de apostar políticamente", soltó risueño Mario ante la risa generalizada en la histórica mesa del cafe de la esquina, allá en Venado Tuerto. Como siempre, Julio lo tomó de buen humor.