Utopía, formar jóvenes para el cambio y el acento puesto en la misión social son parte del ideario con el que el especialista uruguayo Rafael Guarga proyecta el destino de las Universidades latinoamericanas.
Por Matías Loja
Utopía, formar jóvenes para el cambio y el acento puesto en la misión social son parte del ideario con el que el especialista uruguayo Rafael Guarga proyecta el destino de las Universidades latinoamericanas.
"La educación superior debe ser considerada como un bien público social, no para elites o para poner de espaladas a la sociedad a quienes transitan por la Universidad", dispara Guarga. Ex rector de la Universidad de la República, el académico es el actual secretario general de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (Augm), que nuclea a una veintena de casas de altos estudios de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
Con una vasta experiencia en la gestión en el ámbito de la educación superior, el catedrático sostiene que la educación superior debe ser "abierta y accesible a todos los jóvenes que hayan transitado la enseñanza media". Pero además juzga necesario "brindar al joven una visión social, para trabajar en favor de la sociedad que integra y no sólo para su beneficio personal". Una formación orientada a dejar atrás el "pensamiento único" imperante años atrás.
—¿Cuáles son los aspectos que sostenían esta formación?
—La idea que predominaba en el neoliberalismo, y que las universidades públicas sufrimos directamente, se basaba en que la educación superior no era una cuestión del Estado, sino que debía ser resuelta por vía de las instituciones privadas. Esto es una educación superior paga y dirigida hacia los sectores que podían pagarla. Y la formación naturalmente debía estar orientada al servicio de ideales que no tenían ni contenido social ni una visión de la educación como derecho humano, sino como una posibilidad para algunos. Y eso implicaba una educación superior y una investigación que no tenían como referente a la sociedad que la sostiene.
—¿Qué temas debería atender la Universidad?
—Los problemas agudos que manifiestan la desigualdad social, pero también la Universidad debe generar las bases productivas de nuestros países, para que se alejen progresivamente de la sola exportación de materias primas, que es hoy la base productiva fundamental. Esto implica industrialización, darles valor agregado y conocimiento aplicado a los aspectos productivos. Y ese conocimiento moderno y productivo en América latina está radicado, en un porcentaje altísimo, en las universidades públicas y en sus investigadores.
—¿Qué espacio ve en los países para estos cambios?
—Creo que quedan muchos espacios para el cambio y las utopías. Los gobiernos hoy, tras la crisis del neoliberalismo, están queriendo buscar caminos hacia el futuro en los cuales estos espacios se puedan crear desde la educación superior pública. Esto porque la misma tiene en su seno a los portadores fundamentales del conocimiento científico moderno, y por eso hay que darle un papel y un protagonismo que hasta ahora no había tenido.
Mercosur
En el marco de avanzar en la senda de la integración regional en materia de educación superior, el gobierno brasileño proyecta la creación de la Universidad Federal de la Integración Latinoamericana (Unila). A cargo de una Comisión de Implementación encabezada por el prestigioso especialista Hélgio Trindade, la Unila sería la primera casa de altos estudios del Mercosur.
Consultado al respecto, Rafael Guarga destacó que la Unila "tiene los mismos objetivos y va a transitar los mismos derroteros que el Grupo Montevideo", y por eso señaló que desde esa asociación se apoye ese proyecto.