Carlos Rivera tiene un nombre que no suena, pero sus canciones sí, ya que acompañan día a día a miles de televidentes argentinos. El cantante mexicano es la voz de "Voy a amarte", la cortina musical de "Los ricos no piden permiso", una de las telenovelas más vistas de la pantalla chica. Tras agotar localidades anoche en el Gran Rex porteño, Rivera se presenta hoy por primera vez en la ciudad, a las 21.30, en el Auditorio Fundación (Mitre 754). En diálogo telefónico con Escenario, el músico surgido de un reality televisivo habló de las diferentes interpretaciones de las canciones de amor, de Bandana y de los aprendizajes que le ofreció su carrera. Y también de la cuestión de fe que le imprimió a "Yo creo", el título del disco con el que cerrará su gira argentina en Rosario. "Un reality es una gran plataforma para que te hagas escuchar, pero muchos creen que con los realities se hacen las carreras y una carrera no se hace con un programa de tres o cuatro meses, sino como yo —destacó— que hace 12 años que estoy trabajando, toda una vida".
—Tu disco se titula "Yo creo". ¿En qué creés?
—Bueno, hablando específicamente del disco, creo que es en la música que propongo, aunque son canciones de amor. Y aunque muchos piensen qué hay de distinto si todo el mundo le canta al amor, yo creo que lo distinto es el enfoque, depende a qué tipo de amor se le canta. Eso tal vez haga diferente este disco y es justo en lo que yo creo.
—¿En qué reside concretamente esa diferencia?
—Lo que pasa es que la mayoría de los artistas le cantan a lo romántico, al amor de la pareja, y con el tiempo descubrí con mi música la cantidad de posibilidades que te da una canción cuando es de amor total. Porque no es solamente dedicado al amor de la pareja, al romance, sino al que va a tu padre, a tu madre, a tus hijos, a todo lo que tu amas y te hace feliz. Ahí las posibilidades se convierten en ilimitadas y lo romántico pasa a ser una sola de esas posibilidades. Cuando veo en un concierto a la madre con su hija, a una pareja de esposos, a otra de novios, creo que la música va un paso más allá de quedar sólo en lo romántico.
—Lo que pasa es que el género romántico es como una trampa, porque quien escucha canciones como las tuyas las asocia sólo a esa única línea de interpretación. ¿Es necesario ser más poético o más explícito para dar otro mensaje?
—Yo creo que lo que escribo, al final de cuentas, son canciones de amor. A lo mejor cualquiera que lo escuche lo va a remitir al amor del colegio y sin embargo lo que trato, por ejemplo, es que los mensajes del videoclip puedan mostrar mucho el panorama de contar una historia. En el último video, en el tema "Otras vidas", se habla de una historia de amor al prójimo. Es una acción de amor de alguien que conoces, de cuidado, de respeto, de ayuda, quizá no en esta vida, pero tal vez en otra te pueda venir recompensado al mandarte una persona que te haga feliz. Tal vez esa persona en otra vida fue la que tú alguna vez ayudaste.
—"Los ricos no piden permiso" te puso en la consideración del público a partir de tu tema "Voy a amarte". ¿Qué te genera entrar en los corazones de la gente a partir de una telenovela?
—He notado la cantidad de público que está descubriendo toda mi carrera a partir de "Voy a amarte" y de "Los ricos...". Para mí es una gran oportunidad de que la gente escuche mi voz y cada noche acompañarlos en sus casas. Estoy muy agradecido a Polka por haberse fijado en mí, fuimos muchos artistas los que grabamos canciones para la novela y eligieron la mía como tema principal, y eso me alegro muchísimo.
—Sin imaginarlo, fue la puerta de entrada a tus fans argentinos.
—Apenas llegué a la Argentina vi la euforia que provoca ese tema, hay mucha gente que la conoce y no descubre quién la canta. Una canción forma parte de tu día a día, que pones en tus audífonos y en el bus. Y yo formo parte de ese día a día, por eso el video es para reflejar esa idea y fue grabado en Buenos Aires, para que la gente tome conciencia del amor y la persona que quiere.
—Surgiste de un reality televisivo en México y hoy Bandana, también surgido de un reality, es furor a diez años de su separación. ¿En qué te favoreció y en qué te perjudicó el reality?
—Mira, justo Valeria Gastaldi, de Bandana, escribió el tema "Voy a amarte", fíjate qué dato curioso. Para mí, los realities shows musicales tienen tantos detractores como gente que les gusta. Yo puedo hablar del que formé parte, sé que hay otros que tienen guión, que les dicen lo que tienen que hacer, que el casting ya lo tienen elegido, pero yo te voy a hablar del mío, que era el más importante de México. Yo integré una fila de más de mil personas y fui ganándome el lugar pasando distintos filtros hasta que logré entrar al programa.
—¿Si no entrabas a este mundo vía reality te hubiese sido mucho más engorroso llegar a vivir de la música?
—Yo venía de la provincia más chiquita de México, que se llama La Escala, no tenía ningún contacto con nadie. O sea, fuera del reality hubiera tenido que pasar mucho tiempo para poder llegar. Quiero decir que es una gran plataforma para que te hagas escuchar, pero muchos creen que con los realities se hacen las carreras y una carrera no se hace con un programa de tres o cuatro meses, sino como yo, que hace 12 años que estoy trabajando, toda una vida.
—¿Cuál fue tu mejor aprendizaje en ese tiempo?
—Pasé por todo, pasé por cosas muy buenas y otras muy difíciles. Y eso es lo que camino en mi carrera, eso es lo que hace que yo sostenga conciertos. Por ejemplo, vengo de actuar ante 10 mil personas en el Auditorio Nacional de México, y lo hice recién ahora. Otros lo han hecho cuando recién salieron del programa y ahora no lo hacen. Son carreras meteóricas: llegan arriba y después caen porque no hay nada que los sostenga. Lo único que te puede sostener es el trabajo, la música de verdad, lo que generes artísticamente. A mí el éxito me llegó después de muchos años y tras haber construido muchísimo, teniendo al reality sólo como una base, y es bueno si uno tiene una plataforma así como para despegar.