No pasó tanto desde que Luciano Pocrnjic retornó a Newell's. Lo pidió Américo Rubén Gallego, entonces entrenador rojinegro, a fines de 2014. Era para ser suplente de Oscar Ustari. La sensación es que retornaba a los 33 años para estar solamente en el banco y cerrar su ciclo de futbolista en el club que se formó. Tan diferente es el presente que se olvida de todo eso. Hoy es el futbolista menos discutido del conjunto de Diego Osella. Fue este entrenador quien en el semestre pasado le dio la titularidad, justamente contra Tigre. Ese partido fue decisivo para sellar el empate en Victoria, al atajar un penal. En la tarde de ayer, ante el mismo rival, también resultó determinante al contener un tiro desde los doce pasos. En el medio entre uno y otro enfrentamiento, los rendimientos del arquero resultaron varias veces claves.
El perfil sobrio de Pocrnjic delata que rara vez pierde el control. No lo hizo cuando Tigre merodeaba su arco ni a la hora de la acción en serio. El centro de Galmarini, la habilitación de cabeza de Luna y el tiro de Morales, libre de marcas a pocos metros del arco, encontró bien ubicado al arquero. En el córner de Itabel, un cabezazo y la aparición por detrás de todos de Morales, el arquero tuvo una gran reacción al sacarla con el pie cuando se descontaba el gol.
Si hasta ese momento se erigía en el sostén del cero en el arco rojinegro, qué decir a los 35'. Advíncula se dejó ganar la espalda por Janson, Domínguez lo tocó abajo y Loustau sancionó penal. Morales se paró demasiado recto, lo pateó a la izquierda a media altura, y una vez más, como en otras ocasiones, Pocrnic la sacó, con la mano izquierda.
"La atajada fue intuición, pero también con el entrenador de arqueros (Santiago Piccinini) miramos un poco a los posibles pateadores y eso al momento de la ejecución ayuda", explicó Pocrnjic.
Dedicación, percepción y decisión. Con esos atributos, es un especialista de penales. Este año le patearon tres (ver aparte) y todos chocaron contra sus manos.
No es la única virtud que lo llevó al reconocimiento del público leproso, desde que Osella decidió que sea titular en lugar Sebastián D'Angelo, el 21 de marzo pasado contra Tigre. El apoyo empezó ese día, sosteniendo el 3-3 al contener un penal. Fue la figura y desde ahí se quedó con el puesto.
El entrenador lo respaldó y lo mantuvo pese a que el juvenil Ezequiel Unsain se recuperó de la fractura de mandíbula que sufrió contra Boca y que lo mantuvo inactivo . No surgieron cuestionamientos a esa decisión. Lucho se había ganado el puesto. Y lo sigue haciendo.
"Sirve mucho ganar. Es el arranque que esperábamos", dijo ayer Lucho. Su rendimiento para mantener el cero, como ante Quilmes, tuvo mucho que ver.