El arzobispo de Rosario, Eduardo Martín, aludió ayer al reciente documento de la Conferencia Episcopal que condena la corrupción, aboga por el encuentro fraterno de los argentinos y expresa alerta por la pobreza que, según aseguró el prelado, "se ha incrementado en estos meses".
"En 2016 se celebran los 200 años de la independencia y, para vivir una auténtica libertad e independencia, necesitamos condiciones objetivas para que la gente pueda llevar una vida digna. Es decir: el bien común y, en ese contexto, ubicamos la preocupación por el tema de la pobreza, que sigue siendo alta, por la corrupción y por el narcotráfico", explicó Martín.
En ese sentido, el arzobispo afirmó que, según "el índice que elabora la Universidad Católica Argentina (UCA), que es muy confiable, y haciendo una proyección, se ha incrementado la pobreza en estos meses".
"Hay que ver cuáles son las causas. El gobierno nacional está empeñado en una política que dice que, con lo que está haciendo, en un plazo mediano mejorarán las condiciones, volverá el trabajo digno, habrá crecimiento y disminuirá la pobreza. Esperemos que eso sea sí. Nosotros vamos a hacer todos los esfuerzos", agregó en declaraciones a La Ocho.
Martín agregó que se percibe "preocupación por perder el empleo y hay un aumento en los pedidos de ayuda de la gente". Y enfatizó: "Igual, no es una cosa masiva. Hay una pobreza estructural que costará mucho poder superarla, tenemos barrios muy postergados, lugares donde el conjunto de condiciones son pésimas, ya sean familiares, económicas, culturales, de educación o de trabajo".
"No estamos en contra del gobierno sino que exhortamos al gobierno a que ponga todo para superar las dificultades. Hay que dar un tiempo prudente, porque se venía de una situación compleja y los índices de pobreza vienen aumentando hace varios años", recordó.
En el debe. Asimismo, el prelado indicó que, además de incrementar el empleo, es necesaria una mejora de las condiciones humanas.
"Tenemos en los barrios de Rosario gente que, si hoy consiguiera trabajo, no estaría en condiciones de soportarlo por su situación humana. Hay un camino a recorrer muy largo y profundo para superar esas situaciones que vienen de hace mucho tiempo", concluyó Martín.
El miércoles pasado, el presidente Mauricio Macri recibió a la cúpula de la CEA, que le pidió "estimular el diálogo para reconciliar" a los argentinos y le advirtió sobre la importancia de avanzar en medidas para combatir la pobreza.
Durante los 55 minutos que duró la reunión, el presidente de la CEA y arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo; el vicepresidente y arzobispo porteño, Mario Poli, y el secretario general, Carlos Malfa, le expresaron a Macri la necesidad de "estimular el diálogo para abrir el futuro a una Argentina pacificada y reconciliada".
Además, los prelados le advirtieron al jefe del Estado sobre las necesidades "concretas y postergadas" de las distintas regiones del país, centradas en los sectores sociales con mayores necesidades, a fin de avanzar con la implementación de políticas de "inclusión e integración".
Frente a frente. En la Quinta de Olivos, los arzobispos hicieron entrega de una copia del documento "El Bicentenario. Tiempo para el encuentro fraterno de los argentinos", realizado durante la última asamblea plenaria (concluyó el 15 de abril en Pilar).
Al respecto, la persistencia de los altos niveles de pobreza y las profundas divisiones políticas en la sociedad se cuentan entre las principales preocupaciones de los obispos y el Papa Francisco.
Según el comunicado difundido por la Casa Rosada tras el encuentro, "el jefe del Estado y los prelados dialogaron sobre la actualidad del país y coincidieron en la necesidad de unir a los argentinos y de trabajar en conjunto por la educación y por la generación de empleo de calidad".
El documento, en rigor, es el primer pronunciamiento de la Iglesia en la era Macri y coincide con el informe de la UCA que ubica la pobreza cerca del 32,6 por ciento en abril, con un significativo crecimiento en los primeros meses del año, a partir del cambio de gobierno.