El antropólogo de la UBA Mauricio Boivin coordina una investigación que estudia el impacto demográfico, social y económico de una obra que desde su inauguración, en mayo de 2003, liga a una población de sólo 33 mil habitantes con una ciudad de más de un millón. "Fue un emprendimiento insólito... El puente Rosario-Victoria reforzó el crecimiento asimétrico de la región", cuestiona Boivin.
Estuve la semana pasada durante dos días en Victoria, y conversando con su gente percibí sin embargo un clima de optimismo por el presente y el futuro de esta ciudad entrerriana. Todos coinciden que con la inauguración del puente la perspectiva de Victoria cambió 180 grados. Antes de esta obra la población iba en franco descenso ante la falta de expectativas, pero ahora la tendencia se revirtió completamente convirtiéndose en la localidad que más creció en los últimos años en Entre Ríos. Es más, pronostican que en el mediano plazo duplicarán la cantidad de habitantes. Y es verdad que los hechos delictivos se incrementaron en esta tranquila población desde la habilitación de la conexión, pero los victorienses se consuelan diciendo que son muchos menos que los que pronosticaban.
El turismo es la gran apuesta de esta ciudad. Los hoteles están repletos todos los fines de semana, y no temen que la próxima apertura de un casino en Rosario les reste visitantes. Es que antes que eso ocurra, a mediados de 2008, Victoria inaugurará un complejo de aguas termales, con un hotel de 100 habitaciones, que se convertirá sin duda en el principal atractivo turístico de esta ciudad. Para darse cuenta del impacto de este emprendimiento, la empresa que lo construye dio a conocer recientemente una evaluación en cuanto a la cantidad de visitantes que pasarán por día durante los fines de semana: tomando como referencia un análisis pesimista el número rondará los 6.000.
Ofrecer un gran complejo termal a media hora de Rosario sin duda acelerará velozmente el desarrollo turístico de esta localidad entrerriana. Los victorienses ya se imaginan a cientos turistas deambulando en bata blanca por sus calles como si toda la ciudad fuese un gran spa.