Al menos 132 estudiantes y nueve trabajadores de una escuela murieron ayer en la ciudad paquistaní de Peshawar, en un ataque de talibanes armados que cometieron la peor matanza en el país en años. Más de ocho horas después de que los milicianos ingresaron en el fortificado complejo por una puerta trasera, el ejército declaró concluida la operación para eliminarlos, asegurando que los nueve insurgentes fueron abatidos. El ataque contra una escuela administrada por el ejército a la que asisten más de 1.100 personas, muchos de ellos hijos de personal militar, golpeó en el corazón de la poderosa institución paquistaní.
El anterior ataque con más víctimas se remonta a diciembre de 2007, cuando en un atentado en Karachi murieron 139 personas, entre ellas la ex premier Benazir Bhutto, que acababa de volver a Pakistán.
Los talibanes, que buscan derrocar al gobierno paquistaní y establecer un Estado islámico, se atribuyeron de inmediato la responsabilidad de la matanza. "Elegimos una escuela del ejército para el ataque porque el gobierno está apuntando contra nuestras familias y mujeres", dijo el talibán Muhammad Umar Khorasani. "Queremos que sientan el dolor", agregó.
Asaltantes suicidas. Cuando caía la noche en Peshawar, una populosa y volátil ciudad junto a la frontera con Afganistán, las fuerzas de seguridad concluyeron una operación que duró más de ocho horas y en la que hubo duros intercambios de disparos. Los militares dijeron que fueron evacuados unos 960 alumnos y trabajadores. Los militares afirmaron que los asaltantes llevaban chalecos con explosivos y se escucharon al menos tres explosiones dentro del establecimiento educativo en el peor momento de la masacre. En las afueras, mientras helicópteros sobrevolaban el lugar, la policía buscaba contener a los desconsolados padres que intentaban romper un cordón de seguridad para entrar al colegio. Al menos 121 alumnos y tres adultos resultaron heridos. Los muertos y heridos tenían entre 10 y 20 años.
Hablaban árabe. Los asaltantes, que según muchos estudiantes se comunicaban entre ellos en un idioma extranjero, posiblemente árabe, lograron sortear la fuerte seguridad porque al menos algunos de ellos vestían uniformes militares paquistaníes, dijeron testigos.
El ejército paquistaní lleva adelante una dura ofensiva en zonas tribales en la frontera con Afganistán, en cuyo marco el gobierno ha reportado la muerte y la expulsión de miles de extremistas.
Ofensiva antinsurgente. Los talibanes paquistaníes han prometido incrementar sus ataques en respuesta a una gran operación militar contra los insurgentes en las zonas tribales. Pero a pesar de la ofensiva de este año, los militares han sido acusados de ser demasiado permisivos con los combatientes islámicos, que según los críticos actúan a las órdenes del ejército en lugares como Cachemira y Afganistán. El ejército rechaza esas acusaciones. Hasta el momento, los talibanes han atacado principalmente a las fuerzas de seguridad, bases militares y aeropuertos, y los objetivos civiles sin importancia logística son relativamente raros. No obstante, en septiembre de 2013, decenas de personas, incluidos muchos niños, murieron en un ataque contra una iglesia también en Peshawar, en el noroeste de Pakistán.
El jefe del ejército paquistaní, Raheel Sharif, reflejó un creciente malestar tras el ataque. "Estos terroristas han golpeado al corazón de la nación, pero nuestra resolución para enfrentar esta amenaza ha recibido un nuevo aliento. Perseguiremos a estos monstruos y sus facilitadores hasta su eliminación", dijo. El premier Nawaz Sharif tuvo palabras igualmente duras. "Nos vengaremos por cada gota de sangre de nuestros niños que fue derramada en este brutal ataque", afirmó. Este grupo armado talibán, creado en 2007, que también busca la instauración en el país de una severa ley islámica, ha atacado a cientos de escuelas públicas en los últimos años, y en 2012 intentó matar a Malala Yousafzai, una joven que milita por la educación de las niñas en esta misma región del noroeste. Ese intento de asesinato le dio fama mundial y este año fue galardonada con el premio Nobel de la paz.
Repudio generalizado. En tanto, Argentina expresó su repudio por la masacre perpetrada por milicianos yihadista. Mediante un comunicado, la Cancillería manifestó su "más enérgica condena ante el cruel y brutal atentado terrorista... que ha dejado una irreparable secuela de muertes y heridos, desgarrando a cientos de niños y adultos, víctimas del aborrecible ataque". "La Argentina condena el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones y repudia en los términos más enfáticos cualquier ataque contra el sector más preciado y vulnerable de una sociedad, como son los niños", agregó el comunicado.
A su vez, el premier británico, David Cameron, sostuvo que se sentía "escandalizado" y "horrorizado" y el presidente francés François Hollande denunció un acto "abyecto". También el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, criticaron en duros términos los hechos. Obama reiteró "el compromiso de Estados Unidos por respaldar al gobierno paquistaní en sus esfuerzos por combatir el terrorismo y el extremismo", mientras que Ban recordó que la educación es un derecho de todo menor y que "ninguna causa puede justificar semejante brutalidad".