La decisión judicial de considerar nulo el operativo antidrogas de junio en Firmat fue el acto rutinario de un tribunal. Pero en un momento sensible ante temas de narcocriminalidad los mensajes que entraña son múltiples y aleccionadores.
Uno de ellos es que el juez federal le dice a la policía que haga bien las cosas porque de otro modo su acción es inútil. No basta detener a personas que tienen vínculos con el narcotráfico. En un orden democrático es necesario además que se trabaje con limpieza para que los detenidos puedan ir a juicio. Nadie puede imputar a alguien sin pruebas claras. Un acta ya no sirve por lo que dice. Aquí el juez pone en duda hasta que haya habido secuestro de droga. ¿Cómo acusar en esas condiciones?
En Santa Fe situaciones así son un persistente dolor de cabeza. En los tribunales provinciales ya se vio cómo detenidos que llegan al flamante juicio oral no pueden (no deben) ser condenados por defectos groseros de la acción preventiva. Esto pasa también en los tribunales federales y no por primera vez. En el medio suele haber despilfarro de recursos, de tiempo y personas privadas de su libertad.
Otro mensaje recomienda a los responsables de la seguridad pública considerar el valor de presentar las cantidades de droga incautada como indicador de éxito en la persecución de este delito. La política criminal no puede descuidar la legalidad de los operativos. Este operativo anulado ayer fue informado por las áreas de prensa del gobierno y de la policía como un hecho valioso contra el tráfico de drogas.
Los detenidos en Firmat tienen prontuario por narcotráfico. Pero en un orden que no es exigente con los procedimientos cualquiera puede ir preso por una causa inventada. Tenga o no prontuario. Ese es un mensaje para cualquiera que sienta que como no delinque carece de motivos para preocuparse.