Las voces y risas invaden el hall de ingreso, cientos de niños con uniformes y guardapolvos desfilan por sus salas para ser protagonistas del tesoro más valioso que guarda el museo en su interior: el arte. Más allá de la palabra, otros escenarios de aprendizaje proponen disfrutar y aprender a través de los sentidos, las emociones y las ideas. "El museo no sólo ofrece una visita guiada, también genera otros dispositivos para acercar el patrimonio a los ciudadanos. La plástica se fusiona con otros lenguajes y en el caso de los más chicos, atraviesa lo corporal en una propuesta lúdica", especifica Alejandra Moreno, integrante del departamento de Educación del Museo Municipal de Bellas Artes "Juan B. Castagnino".
La música, el movimiento y la creatividad también forman parte de este espacio no formal donde el espectador se convierte en protagonista, interactúa y articula saberes e intereses propios. La serie de xilografías de Juanito Laguna creada por Antonio Berni, exhibida actualmente en el Museo Castagnino, permitió crear un programa destinado a públicos de todas las edades pero principalmente atractivo para los más chicos. "Existe un movimiento cultural en la ciudad, y son los docentes quienes estimulan a los alumnos y se interesan por mostrar los diferentes espacios de Rosario, algo que no sucedía antes", destaca Moreno en relación a las instituciones educativas públicas y privadas que recorren el museo y agotaron los turnos para lo que queda del año.
Los niños también están presentes en las actividades educativas que coordina el Museo de Arte Contemporáneo Rosario (Macro). "Si bien no hacemos un programa especial para los más chicos, tratamos de integrarlos a partir de una línea de pensamiento visual. El chico se enfrenta con la obra y la descubre, y nuestro trabajo consiste en indagar en sus inquietudes e intereses. La formación y estimulación que recibe en esta etapa le sirve para toda la vida, y le permite adquirir una mirada crítica desde la imagen", dicen las coordinadoras de ambos museos, quienes sostienen que también el gusto y la belleza son aspectos culturales.
Jugar con los sentidos. Entre los dispositivos didácticos figuran las estrategias propias de la educación plástica como la percepción, el análisis y la comprensión del lenguaje artístico, y aquellas que son para la realización de trabajos gráficos-plásticos, "es decir estrategias de ver pero también de hacer".
La incorporación de material educativo para los distintos niveles escolares facilita el primer acercamiento a las obras y es una herramienta válida para que cada docente lo adapte en el aula. En niños de nivel inicial se trata de poner en juego todos sus sentidos cuando observan una obra y diseñar hojas didácticas y libros para que puedan trabajar en la sala, y estimular así su capacidad creativa.
Xilografías de Berni. La muestra de xilografías creadas por Antonio Berni propone dos instancias dentro del recorrido por el Museo Castagnino. La consigna "Pescando imágenes" invita primero a conversar, buscar y descubrir las cinco obras del artista y luego a realizar una producción plástica donde los chicos pueden aplicar los conocimientos adquiridos y experimentar con la misma técnica empleada por su autor. Los niños confeccionan los tacos de grabado con diferentes materiales y luego realizan las impresiones. El museo habilitó una sala de educación para ejecutar estos talleres y otras actividades lúdicas.
Cuando los niños son tan pequeños, el museo busca integrar a la familia para que padres y abuelos reconozcan este espacio no formal, y puedan aprender junto al niño. En estos casos, la propuesta incluye un taller de expresión corporal que estimula la creatividad y finaliza con la realización de grafismos en óleos.
"Existen pocos espacios concebidos para el nivel inicial, es por eso que comenzamos con pequeñas experiencias para evaluar su funcionamiento. Con preguntas abiertas y guiando a los chicos para que descubran la obra, comenzamos a trabajar el lenguaje plástico, el punto, la línea, el espacio, el color y la superposición. Resulta gratificante observar como chicos de 3 y 4 años abordan la obra y realizan su proceso de aprendizaje". Esta instancia todavía no contempla la incorporación de profesores de plástica en el nivel inicial.
Arte contemporáneo. El Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (Macro) también propone un recorrido didáctico para conocer y disfrutar de su patrimonio. A diferencia del Museo Castagnino, en este magnífico lugar con vista al río predominan las visitas guiadas para colegios secundarios, y sólo en vacaciones de invierno o Día del Niño abre sus puertas con actividades especiales para los más chicos.
Desde el departamento de educación también coinciden en destacar que los chicos son más abiertos y siempre están dispuestos a incorporar nuevas consignas. "La estimulación y el desarrollo sensitivo durante la infancia favorece luego su destreza artística en la adultez", dice Mariana De Matteis.
Antes del recorrido cada docente manifiesta su inquietud y cuál será la temática a trabajar en relación a la muestra exhibida. "Es importante que el docente se familiarice y sensibilice con el arte contemporáneo, porque le permitirá trasladarlo luego a sus alumnos. A veces sucede que los chicos conocen mejor las obras del museo que los adultos y esto se lo debemos a internet", agrega Verónica Benito, otra de las educadoras del Macro.
Puertas afuera. Con el objetivo de difundir y democratizar el acceso al arte y al patrimonio cultural de la ciudad de Rosario, los museos establecen vínculos con otras instituciones y también con artistas jóvenes a partir de la construcción de objetos y talleres. Entre los programas implementados, la Escuela Móvil ha sido una de las experiencias pedagógicas más reconocidas en la ciudad. Durante el recorrido educativo, desarrollado por la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario, los alumnos de distintos niveles experimentaron otro modo de aprender.
La Escuela Detective fue otra instancia de aprendizaje que los museos organizaron de manera conjunta. Esta actividad funcionó durante un año en los distritos y estuvo pensada para aquellas escuelas que por diferentes motivos no acceden al museo. "Fue como trasladar la sala del museo pero con una reproducción de la obra", dicen.
Para el público de la tercera edad, el Museo Castagnino creó Memoriarte, una propuesta que convoca desde hace cinco años a diferentes instituciones con la intención de rescatar la memoria de los abuelos y acercarlos a las obras de arte que reflejan el pasado y el presente de la ciudad de Rosario. Por su parte, el Macro también organizó una actividad similar denominada Jubilarte.
La diversidad, la inclusión y la integración de personas con capacidades diferentes y en riesgo de exclusión social, conforman las prioridades de educación en los museos. Una muestra de esto fue el proyecto Rotonda que trasladó su taller de arte a la vereda del Castagnino.
Dónde consultar. Para saber más sobre estos programas educativos, consultar en Museo Castagnino, Pellegrini 2202, teléfonos 4802542/3, email: [email protected] o en el sitio www.museocastagnino.org.ar; Museo Macro, Oroño y el río Paraná, teléfono 4804982, email: [email protected] o en el sitio: www.macromuseo.org.ar