La obra de Juan Grela ya se ganó un lugar en el patio de la Escuela Primaria Nº 133 "20 de Junio", y de manera muy especial: con un gran mural de realización colectiva, donde chicos de distintos grados recrearon al gran artista. Lo hicieron con restos de mosaicos y venecitas. No es casual: el arte ocupa un lugar central en esta escuela, es un motor para "incentivar la creatividad", hacer los aprendizajes más placenteros e inclusivos. Tan es así, que las figuras de Pablo Picasso, Frida Kahlo o Salvador Dalí también forman parte de charlas cotidianas.
¿Cómo se logra que un lunes 18 de diciembre a media mañana, donde el calor parece encaprichado y no da respiro, los chicos sigan trabajando para la escuela? La pregunta la recoge la profesora de plástica de la 133, Cintia Pérez, para describir una rica experiencia de actividades con el arte como horizonte.
Enumera entonces desde juegos de memotest para descubrir las pinturas de Picasso; libros de imágenes; relatos; visitas a los museos como el que hicieron este año al Castagnino para ver la muestra del autor del "Guernica", y hasta compartir un taller sobre la vida de Juan Grela (pintor nacido en Tucumán, pero que vivió y falleció en Rosario) en la Escuela de Artes Plásticas Manuel Belgrano, donde se forman profesores del área.
"Muchos de mis alumnos trabajan de albañiles junto a sus padres, tienen la postura del oficio, lo ves en el manejo de la cuchara, del balde", dice Cintia para contar enseguida que se propuso abrir otros caminos con esas habilidades, y por eso los invitó a pensar en el mural. Sobró información de cómo preparar la pared para que el mural tuviera espacio.
Asegura que tiene la meta de "abrir cabezas", "incentivar la creatividad" y mostrar "que el arte es, debe ser para todos". Además de estar contenta de mostrar un costado del barrio de la Escuela 133 diferente. "Ya no con los policiales ni con saqueos", confiesa.
En el mismo edificio de esta primaria también funciona un jardín y un secundario. El mural que hicieron está en un patio interno. Se originó parte en estas clases, parte en el espacio del Club de Niños Pintores y también en el Centro de Asistencia a la Infancia (CAI) ubicado en el barrio y tiene el propósito de "fortalecer las trayectorias escolares".
Trabajo integrado. Cintia describe el mural como algo integrado, de hecho intervinieron también los profesores de tecnología Luis Alvarez, Norma Fedele y Carina Ortega. Y donde hubo aportes de todo lados. "Hasta la directora contribuyó con un plato de una vieja vajilla que había pertenecido a su padre. Lo hizo para que quedara en la escuela, porque considera que es el mejor lugar para recordar a quien fue un «maestro de alma»".
Cintia dirá que concretar esta gran producción tiene el objetivo "de embellecer la escuela" y que "aprendan a trabajar en grandes dimensiones". Y los chicos, "que es algo que hace más lindo el patio".
Sin dejar de limpiar el mural, barrer y seguir con la pastina, se turnan para explicar detalles de la tarea colectiva. "Es una recreación de la obra de Grela, que hicimos con pedazos de cerámicos rotos y que rompimos, entre otras cosas que juntamos y nos donaron", repiten José Luis Martínez, Alan Aragón, Liliana Casado, Anahí Gervazoni, Marcos Navarro, Facundo Gervazoni, Kevin Abreojo, Francisco Peña, Liliana Giménez, Gilda Ballesteros y "Guti" Jaime.Acompañados por la pequeña Lola y la mamá de Gilda, Ana Villanueva que se ofreció a dar una mano.
"Chavela es una de las que más nos ayudó", dicen y señalan a la directora Isabel Nieto que justo pasa apurada en medio de la charla con papeles y registros propios de fin de ciclo.
Proyectos. El intercambio con los chicos es tan espontáneo como maravilloso. Ninguno oculta su entusiasmo y sentirse parte de este proyecto de arte. "Pensamos que lo terminamos este viernes", calculan el tiempo de trabajo sin importar que las clases ya no corren.
"Yo no pinto mis sueños, pinto mi realidad", respondió Frida Kahlo cuando el escritor André Breton calificó su arte "como surrealista del más alto nivel". Conociendo o no el origen de esta frase, un desenvuelto José Luis, de 12 años que acaba de terminar el 7º grado, con la cara y manos llenas con rastros propios de un artista, analiza de quien admira: "Es que Frida trabajaba el pasado y el presente de la realidad en su obra".
Alan dice que prefiere a Picasso, "Guti" asiente con la cabeza. Y Facundo argumenta con absoluta seguridad por qué se inclina también por el artista español: "El agarraba cualquier cosa que veía y con eso hacía formas con o sin sentido, pero siempre era una obra de arte".
Se suma Anahí, otra reciente egresada de la primaria, y rescata la visita por la Escuela de Artes: "Allí nos enseñaron a conocer a Grela, yo me quedo con su obra, con los diseños que hacía".
Al final todos comparten un sueño: "Nos gustaría ver pintada nuestra escuela, cambiar las pinturas (descascaradas) que están ahí y hacer más murales". En fin, no más ni menos que el justo deseo de imaginar un lugar cada día más bello para aprender.