Si un ser de otro planeta bajara hoy a la tierra y viera el sorteo del fixture del nuevo torneo pensaría que Central no fue de los más beneficiados. Debutar de visitante, con el último campeón (fiesta inclusive) no pinta de lo más accesible, sobre todo si se tiene en cuenta que hay 10 equipos recién ascendidos. Ni hablar que en la 3ª fecha viajará a Misiones (enfrentará a Crucero) y en la 4ª recorrerá las calles de Bahía Blanca (ante Olimpo). Parece raro, pero es así. Hasta en los propios dirigentes cayó bastante mal. Ya unas cuantas voces expresaron su descontento con la suerte que le tocó correr a Central con el “armado” del torneo. Porque ni siquiera se sortea. Se arma. ¿Pudo haberse solucionado con algún tipo de peso mayor en la AFA? Tal vez. Pero sostener eso es darle cabida al pensamiento de que alguien con buen peso o relaciones en la casa madre del fútbol argentino puede hacerse acreedor de ciertos beneficios.