El proceso independentista es tema de debates en el campo de la educación. Los diversos abordajes del período en los institutos de formación docente y la universidad son analizados por historiadores, docentes, filósofos y escritores.
El proceso independentista es tema de debates en el campo de la educación. Los diversos abordajes del período en los institutos de formación docente y la universidad son analizados por historiadores, docentes, filósofos y escritores.
Sostienen que en licenciaturas, profesorados y en escuelas se deben trabajar todos los proyectos políticos y regionales que buscaban la independencia de las entonces Provincias Unidas del Sur. Para comprender el presente se debe estudiar esas propuestas independentistas y su vigencia.
"En la Universidad, cuando hablamos con los alumnos sobre el bicentenario, no perdemos de vista que en 1816 se buscó la independencia política, suceso que no se acompañó con la independencia económica y que mucho después se constituyó el Estado nacional. Consideramos que en el siglo XIX fuimos una semi colonia, dependiente económicamente de la metrópoli", señala Roberto Retamoso, doctor en letras, escritor y profesor en las Escuelas de Letra y de Comunicación Social, de la UNR.
Descolonización
"Tampoco hubo una descolonización cultural. Para conservar su condición de país semicolonial, era necesario una superestructura cultural que avalara y la justificara. En ese contexto, la universidad fue atravesada por una colonización cultural y pedagógica, como lo llamaba Arturo Jauretche".
"El coloniaje mandó en la universidad, salvo en casos puntuales como en los años 73 y 74, no se aplicaron políticas públicas para la universidad. Pero, en la llamada «Década ganada» se implementó un proyecto que buscaba implementar una mayor independencia económica con políticas públicas, pero la Universidad no acompañó ese papel. Salvo las nuevas universidades, las más grandes y tradicionales siguen liberales", señala el autor de "Apuntes de literatura argentina".
"En las carreras de ciencias sociales y humanidades, que son las que más conozco, en la enseñanza y en la investigación se repiten saberes, teorías y paradigmas generados para otros contextos. No se desarrolla un conocimiento en función de la realidad de nuestro de nuestro país. Falta analizar críticamente en función de loso contexto", advierte el docente de Análisis del Texto y Análisis y Crítica I.
Por su parte, el profesor Agustín Prospitti, señala: "Los estudiantes universitarios se enganchan al trabajar el tema de los proyectos políticos que se cruzaron entre 1810 y de esa disputa que llega a la declaración de la independencia en 1816".
"Trabajamos con fuentes de época, documentos de Belgrano, la Gaceta de Buenos Aires y se intenta comprender el pensamiento de esa época.
"Además de las lecturas, también se trabaja con prácticos y monografías. También, como parte de las alternativa en el ciclo revolucionario, se trata la cuestión del artiguismo", sostiene el profesor de la materia Historia Latinoamerica y Argentina I, de la carrera de Ciencia Política de la UNR.
Desarmar supuestos
"Aprendimos mucho con los bicentenarios, tuvimos una demanda por historias interesantes para trasmitir. Aprendimos a plantear con un lenguaje más accesible las discusiones que tenemos en los congresos y espacios propios de la disciplina", explica Ignacio Martínez, profesor de la cátedra Argentina I, de la carrera de Historia de la Facultad de Humanidades y Artes, UNR.
"En la carrera hay dos historias americanas que nos preceden: que cubren los períodos precolombino y colonial. Nuestra materia comienza con las invasiones inglesas (1806) y nos sumergimos enseguida en el proceso revolucionario. En la clase inicial aclaramos que aunque la materia se llama Historia Argentina. La Argentina como la conocemos hoy empieza a tomar forma al final del proceso que trabajamos. No hay una Nación preexistente y hay que desarmar esa idea de la historia nacional", explica.
"Había una historia de buenos y malos —advierte—, y nuestra intención es desarmar esos supuestos. En la cátedra trabajamos con dos tipos de materiales: una bibliografía general, que cubre los principales problemas y procesos de nuestro período. Y por otro lado, trabajamos con más profundidad artículos científicos sobre temas concretos, para que
el alumno conozca y se ejercite en los métodos del historiador. La bibliografía general y la específica están escritas por historiadores que trabajan con fuentes de primera mano. Complementamos ese trabajo con ejercicios sobre fuentes concretas. Es decir, con textos de archivo, escritos en el momento histórico que estamos estudiando".
"Además, la materia Corrientes Historiográficas trata las diferentes versiones de la historia argentina que se han dado en todos estos años", resalta el docente.
En tanto, sobre el trabajo de divulgación, señala que "en ese ejercicio de transmitir, participaron en los guiones de Zamba (Pakapaka) colegas que investigan y están actualizados. Muchos fuimos convocados en producciones de Canal Encuentro o de Señal Santa Fe, en los últimos años hubo un impulso a la historia con enfoques diferentes".
Santa Fe y Artigas
"Rescatar el significado del Bicentenario, desde el trabajo educativo permite esclarecer el significado especial que tiene para los santafesinos", indica Julio Rondina, docente y abogado, presidente del Instituto Artiguista de Santa Fe.
"Analizar con profundidad ese proceso, permite a los jóvenes saber que Santa Fe ya había avanzado en el deseo de declararse libre en 1813, cuando desde el artiguismo se plantearon en la Asamblea de ese año la declaración de la independencia y un gobierno republicano, pero que desde el centralismo porteño se rechazo", indica el profesor de historia en la facultad de Derecho santafesina y coautor de libros como "Historia III" e "Historia Argentina".
"Los estudiantes deben conocer sucesos como el Congreso de los Pueblos Libres, en la entrerriana Concepción del Uruguay, cuando en 1815 se reunieron delegados de Misiones, Corrientes, Entre Ríos, sur brasileño, parte de Córdoba y nuestra provincia", señala.
Allí "el diputado por Santa Fe, Pascual Diez de Andino llevó las mismas instrucciones que a la Asamblea de 1813: el reclamo de por la declaración de la independencia absoluta de éstas colonias".
"No es cuestión de ver quién declaró antes la independencia, sino en poder discutir con los alumnos que además del proyecto de la declaración de Tucumán, había otro y que finalmente fue adoptado muchos años después por la constitución, al tomar el sistema republicano, federal y representativo, que pregonaba el artiguismo".
"El artiguismo está en el inconsciente colectivo de Santa Fe", afirma y desde el Ministerio de Educación de la provincia se debería tomar el tema del pasado regional".
"Además, hay valores artiguista para tomar en el colegio: los derechos de los indios y "privilegiar a los infelices". Es fundamental sus ideas sobre el manejo del puerto, la libre navegación, el proteccionismo. Además hay que recordar que envió a sus ex compañeros encarcelados en Río de Janeiro los últimos pesos que tenía en su exilio en Paraguay. También decidió no recibir honores en Uruguay y se quedó a vivir en su chacra, junto a los guaraníes.