Tienen entre 14 y 18 años, algunos se inclinan más por la física que por la biología o la química, pero todos tienen en común haber pasado de manera exitosa por alguna competencia donde el conocimiento y la creatividad estuvieron en juego. Dicen que aquí lo que vale es el interés, las ganas, el apoyo de los docentes y desde ya el esfuerzo. Cuentan así cuál es el secreto para que estudiar ciencias sea un placer.
No quieren que se los considere como "bichos raros" o "extraños" a los demás adolescentes de su edad. Y de hecho no lo son. Sin embargo han descubierto distintas razones para que hacer lo que les gusta forme parte de sus vidas, tanto como estar con amigos, practicar un deporte o escuchar música. Motivos más que suficientes para escucharlos.
La charla con el grupo de estudiantes se organiza en una pequeña sala, que en la práctica funciona como el Departamento de Física del Instituto Politécnico (UNR). Salen un ratito antes de clases para hablar de sus trayectorias y logros, que en definitiva marcan puntos para tener como horizontes cuando se piensa en cómo hacer una buena escuela. También cómo reactivar el lugar de las ciencias para acompañar el crecimiento científico y tecnológico que reclama el país.
Protagonistas. ¿Y quiénes son estos chicos? Mariano Golin, tiene 17 y es alumno de 5º año del Normal Nº 1 Doctor Nicolás Avellaneda. Al igual que Lisandro Cocca, de 4º del Politécnico, fue becado por el Instituto Balseiro (Bariloche) para conocer de cerca la oferta académica que tiene, y desde ya tentarlos a estudiar allí. Hay que saber que el Balseiro es un centro de educación pública de alto rendimiento académico, donde se cursan licenciatura en física, ingeniería nuclear o ingeniería mecánica.
Los alumnos del Poli Franco Biglione y Sara Destri (de 15 años y cursan el 3º del secundario), y Gianni Weinand y Franco Victorio (de 14 y alumnos de 2º año) participaron en julio pasado de la IV Olimpíada Argentina de Ciencias Junior, en Mendoza. Un certamen donde hay que experimentar con la física, la química y la biología. Los cuatro trajeron promedios brillantes. Gianni y Franco Biglione viajarán en diciembre a Durban (Sudáfrica) a la instancia internacional.
Clara Galimberti tiene 17 años, cursa el 5º del Poli y mientras ya piensa en la Universidad se prepara para competir dentro de dos semanas en la XVI Olimpíada Iberoamericana de Física que se realizará en Guayaquil (Ecuador).
El grupo lo completa Franco Biancotti Nieremberger, de 18 años, que cursa el primer año de ingeniería civil en la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Hace poco llegó de Tailandia con una mención de honor alcanzada en la 42º Olimpíada Internacional de Física.
Las claves.¿Y por qué un chico de 14 años se puede entusiasmar tanto con un experimento como con un partido de fútbol? O bien ¿Qué lleva a un adolescente que tiene el viaje de estudio de Bariloche como centro de su vida a escribir una monografía para argumentar por qué no se aprenden las ciencias duras?
Uno a uno nombran las claves para que estudiar ciencias sea un placer. Mariano Golin no tiene dudas y habla de lo que cada uno puede elegir: "Primero que nada se trata de hacer lo que te gusta. Hay una frase que dice que hacer lo que te gusta es la primera clave del éxito, bueno coincido con eso".
Gianni Weinand agrega que importa mucho "la gente que está alrededor tuyo". Y su afirmación tienen un claro objetivo: los profesores. Y detalla: "Solo no podés llegar a mucho, es importante pedir ayuda, buscar el apoyo de los docentes".
Para Franco Victorio "mucho tiene que ver el interés personal". "Si lo que vas a rendir no te interesa de verdad no le vas a poner tantas ganas. A mí me interesa la biología y eso me sirvió para engancharme con las olimpíadas".
Más razones.El esfuerzo es otra de las variables que consideran los chicos. Lisandro lo explica así: "Creo que un problema de hoy es que a muchos les gusta un tema, tienen interés, pero también vagancia". Y por eso considera: "Por más que tengas interés, también esto demanda algo de esfuerzo".
Según Franco Biglione no hay que aflojar. "Cuando me metí en las olimpíadas muchos me preguntaban por qué estudiaba algo que no me pedía el colegio, por qué venía a entrenarme. Por eso pienso que es importante, más allá de lo que te digan, no dejar de hacer lo que te gusta y con ganas".
Sara asegura que se siente muy cómoda trabajando con sus compañeros, aunque sea una de las pocas chicas que están en competencia. En su opinión, una razón esencial para que las ciencias se desarrollen entre los más jóvenes está en "no tener miedo a preguntar". "Cuando me enteré de las olimpíadas me anoté y enseguida recibí mucho apoyo de los profesores, en especial de Juan (por Farina) que te explica los temas. Es importante no tener miedo a preguntar".
"No hay que hacerlo por compromiso", afirma Franco Biancotti Nieremberger y enseguida se explaya asegurando "que hay que dedicarse pero para que resulte y de frutos hay que hacerlo al ciento por ciento". Eso, en sus palabras, significa entrenar y preguntar cada vez que sea necesario.
Trayectoria.Clara elige repasar su historia escolar para encontrar las claves de su brillante trayectoria en estos certámenes internacionales y rescata sin dudas el desafío por resolver problemas. "A mí siempre me gustó mucho todo esto, que es muy lindo, por eso empecé en 5º grado de la primaria a participar en las olimpíadas de matemática. Y descubrí que era más interesante que lo que se daba en la clase, donde te desarrollaban un tema, luego un problema y vos podías deducir cuál era la solución porque te la terminaban de explicar. En cambio en las olimpíadas nunca hay una sola respuesta, hay que encontrar la mejor solución y ese es el mayor desafío, por eso me gusta lo que hago".