Este año ya se realizaron en Rosario y su zona de influencia más de 60 colectas públicas de sangre. Estas acciones, que se desarrollan en distintos espacios —y no necesariamente en centros de salud— buscan que los ciudadanos tomen conciencia sobre la importancia de la donación pero tienen como objetivo de máxima que haya cada vez más donantes voluntarios, esos que dos o tres veces al año se acercan a alguno de los centros habilitados y sin necesidad de que los convoquen.
Esta movida, que captó principalmente a jóvenes y adultos de mediana edad, es parte de un proceso en marcha en el que se intenta pasar de un modelo de donación de sangre mayoritariamente integrado por donantes de reposición (los que lo hacen esporádicamente y motivados por la necesidad de un familiar o amigo) a otro dominado por los donantes voluntarios y que es el que ha demostrado funcionar mejor en los países desarrollados.
Detrás de estas estrategias, y en su puesta en acto, hay distintos actores. Para coordinar todas estas acciones está el Cudaio, organismo provincial históricamente dedicado a la donación de órganos y que desde hace un año también se hizo cargo del Programa Provincial de Hemoterapia, que antes funcionaba bajo las directivas de otra repartición.
El Cudaio es hoy el ente que coordina y controla todas las donaciones de sangre que se hacen en la provincia de Santa Fe, tantos las que suceden en hospitales públicos y privados, las del centro regional de hemoterapia (de Lavalle 356) o las que se realizan a través de colectas públicas en plazas, empresas, clubes, barrios. Cada centro médico tiene a su vez su servicio de medicina transfusional (la mayoría con posta de donación). Existe un área de colecta externa y de promoción de la donación de sangre integrada por profesionales y técnicos tanto de la provincia como de la municipalidad que son justamente quienes cumplen las tareas de extracción, entrevistas a los donantes y traslado de la sangre cuando las colectas se hacen fuera del ámbito médico.
En los últimos años, se han sumado, con más brío que nunca, organizaciones no gubernamentales e institutos universitarios que tienen una tarea clave ya que se ocupan de difundir las colectas y de motivar de diversos modos a los ciudadanos para que donen en forma habitual en los servicios habilitados.
Las redes sociales y los medios de comunicación masiva también tienen su peso en este modelo de donación que aún tiene que afianzarse pero que va por buen camino. La difusión es muy útil en ese sentido. La participación de personalidades del espectáculo, la cultura o el deporte en las campañas también sumó su granito de arena, y todo esto funciona como un gran motor. Conocer que además de donar sangre uno puede inscribirse —en el mismo momento— como donante de médula ósea, y que esta simple acción puede permitir que alguien supere una enfermedad grave es, sin dudas, otro gran aliciente para decidirse a ser donante.
La información sirve porque permite superar temores y derribar mitos. La situación mejoró mucho respecto a otros tiempos y ya se registra que del total de donantes un 30% son voluntarios. Pero aún falta trabajar mucho para llegar a una situación ideal en la que nunca más un médico tenga que pedirle a una persona que consiga 10 o 20 donantes para poder operarse, algo que sucede cada vez menos pero que aún no ha podido evitarse porque el número de donantes voluntarios todavía no es suficiente.
Más habló con referentes del Cudaio, de los servicios de medicina transfusional de Rosario y otros actores que tienen un rol protagónico en este fenómeno creciente de ser donante, para entender los por qué y los para qué de esta movida. Todos coinciden en que es un momento de transición y que es necesario afianzar algunos conceptos que la gente está incorporando. “La donación de sangre voluntaria y no remunerada es clave para sostener las necesidades de la salud tanto pública como privada”, detalló Silvio Pulcinelli, subdirector de Cudaio. El médico dijo que “estamos en un proceso interesante de cambio de conciencia sobre este tema; agradecemos la tarea de los distintos servicios de medicina transfusional y de las organizaciones que se suman para convocar donantes. Es muy importante que todos estemos en la misma línea de acción”.
Sofía Bonetti, especialista en medicina transfusional, quien trabaja tanto en el sector público como en el privado de salud, se mostró optimista respecto del momento que se está atravesando. “En estos años vemos que hay un posicionamiento diferente en este tema. Yo diría que estamos en una zona intermedia donde hay que trabajar tanto para afuera como para adentro del sistema. Y sin dudas, el camino está en el donante voluntario”, remarcó.
“Estamos mucho mejor que hace diez años , y el gran desafío hacia adelante es informar y trabajar en los diferentes niveles”, mencionó.
La médica dijo que apuntar a los niños y adolescentes es indispensable: “Que conozcan la relevancia de la donación mucho antes de que les llegue la edad de donar es importante, que vean a sus papás, a sus tíos donar ... eso es muy interesante”.
El procedimiento
Cualquier persona que desee ser donante puede concurrir a cualquier hospital público de la ciudad o privados que tengan servicios de medicina transfusional (casi todos los tienen) o, mejor aún, acostumbrarse a donar en cualquiera de las colectas públicas.
Bonetti señaló que “la persona llega al centro o espacio extramuro donde va a donar, se informa previamente a partir de un formulario que puede completar, se le hace luego una entrevista chequeando datos , antecedentes médicos y conductas de riesgo, se realizan controles de signos vitales para entonces pasar al acto de donar en sí. No le lleva más de 20 minutos o media hora. No se recomienda que la persona esté en ayunas: puede incorporar infusiones o comer frutas o alimentos sin grasa previamente y luego de que se le practica la extracción es recomendable que tome un refrigerio con el alimento que desee sin restricciones”.
Una vez finalizada la donación completa un formulario en forma confidencial asintiendo o no sobre la utilización de su sangre donada, ya que éste paso otorga la posibilidad de expresarse si el donante recapacitara sobre algún riesgo que no manifestó previamente.
La especialista recordó que en ese mismo momento el donante puede inscribirse como donante de médula ósea. “Se toma una muestra y si eventualmente la persona es compatible con alguien que está necesitando un trasplante se le informará. En ese caso, aunque el receptor sea extranjero —ya que el registro de médula es internacional e incluye a 61 países— el donante no deberá trasladarse sino que el procedimiento para que done se hará en su ciudad o centro más cercano”.
Para donar sangre hay requisitos, y es muy importante conocerlos. En el caso de no estar apta para la donación la persona directamente se autoexcluiría y no asistirá.
Para donar:
• Ser mayor de 18 años o mayor de 16 con autorización escrita de los padres
• Pesar 50 kilos o más
• Tener menos de 65 años para donar sangre y menos de 55 para donar médula
• Hay medicamentos que puede estar tomando la persona que impiden la donación. Hay que consultarlo con un profesional.
• No tener enfermedades cardíacas, hepáticas, crónicas infecciosas, oncológicas, no ser diabético insulinodependiente .
• Si durante el último año se ha realizado tatuajes, perforación no estéril de piel y/o acupuntura o sufrieron accidentes laborales con exposición a sangre o secresiones no se puede donar.
• Quienes hayan recibido transfusiones de sangre y/o trasplante de tejidos o células de origen humano, cirugía mayores y personas que hayan tenido contacto estrecho con personas afectadas por hepatitis B tampoco.
• No tener conductas de riesgo como practicar sexo a cambio de dinero o drogas. Si durante el último año mantuvo relaciones sexuales con personas que tienen el virus HIV, hepatitis o HTLV, o relaciones con mas de una pareja desconociendo si tienen infección de transmisión sexual, incluso si usó preservativo. Si consumió drogas y/o compartió jeringas u otras situaciones de riesgo.
Esta semana el Ministerio de Salud de la Nación modificó la reglamentación que impedía donar a personas homosexuales, bisexuales y travestis. La norma cambió la resolución 865/2006, reglamentaria de la Ley Nº 22.990 que contenía un formulario de donación de sangre con una exclusión hacia los homosexuales. En este sentido, tanto Bonetti como Silvio Pulcinelli, de Cudaio, dijeron que “lo que define el riesgo no es la orientación sexual sino la conducta”. La nueva resolución ministerial contempla la autoexclusión antes de la donación como una instancia relevante para la mejora en la selección de un donante sin riesgos.
Estudios
Se donan unos 450 cm2 de sangre y esa sangre es analizada como lo indican los protocolos. Los análisis de rutina que se practican para que se haga luego una transfusión segura buscan detectar: VIH, hepatitis B y C, Chagas, brucelosis, sífilis y HTLV (un retrovirus muy infrecuente en nuestra población pero posible de transmitirse por vía sanguínea).
Los estudios realizados a través de biología molecular permiten descartar sangre con VIH, Hepatitis B o C por ejemplo, disminuyendo el período de ventana a muy pocos días después de la infección, con lo que los riesgos que ofrecía ese período ventana se achicaron notablemente en los últimos años.
Más allá de la autoexclusión (por no cumplir alguno de los requisitos), de lo que se pueda conocer en la entrevista y del chequeo médico, hoy se descarta entre alrededor de un 7% de la sangre en la que se detecta algún marcador infeccioso. “El descarte es mucho menor en los donantes voluntarios (menor al 1 %) porque ya conocen los criterios y son más conscientes a la hora de donar”, manifestó Pulcinelli, dando otra muestra de la importancia del donante voluntario y frecuente en el sistema.
Difundir para concientizar
Hace dos años, el área de Comunicación del Departamento de Extensión del Instituto Universitario Italiano de Rosario (Iunir) gestó una idea que hoy sigue vigente y cobra fuerza. Fue el puntapié de la movida de colectas que fue creciendo en los últimos meses. Carolina Coscarelli, responsable del área de comunicación y coordinadora general de extensión del Iunir, contó que esta iniciativa nació con la idea de modificar conciencias. “Empezamos a pensar por qué no incentivar esta actitud donante que es incluso mucho más que dar sangre, es una actitud frente a la vida, es pensar que no necesariamente tenemos que esperar estar en el lugar del otro para ayudarlo, para comprenderlo para tener un gesto que tal vez le salve la vida a otra persona”.
Coscarelli destacó que “se arrancó dentro de un espacio universitario donde hay muchos jóvenes (que además estudian ciencias de la salud) y que son los que están impulsando el cambio, y nos dimos cuenta de que era efectivo, de que esas primeras jornadas que planteamos como más tímidamente podían tener otro alcance porque notábamos el interés. El día que ponemos en marcha Actitud Donante hacemos charlas con especialistas dirigidas al público general donde se pueden plantear dudas y derribar un montón de mitos. No sólo hablamos y compartimos información sobre donación de sangre sino también de órganos, donación de cordón umbilical. Allí mismo le damos a los concurrentes la chance de donar sangre y anotarse como donantes de médula. La mayoría lo quiere hacer pero puede haber quien en ese momento no se decide. Pero no importa porque lo importante es que el tema se pone sobre la mesa, se comunica, se habla de esto y eso ¡ya es un montón! porque las personas también trasladan esto que escucharon a su familia y a sus amigos. Las experiencias que hemos tenido han sido exitosas y muy interesantes. Y la propuesta va creciendo. Antes de fin de año se harán varias jornadas más”, puntualizó la comunicadora.
Las entidades que participan de Actitud Donante son : Cudaio, Iunir, Hig, Stem, Servicio de hematología provincial, Cenaih, Donemos Vida, Faohp Comunidad de Trasplantados Santafesinos, Familia Trivisonno (Antodonar), Rosario Solidaria, Banco de Alimentos Rosario y El Hogar.
Donar sangre es un acto solidario sencillo y fundamental para salvar vidas. No es doloroso, no engorda, no enferma. Pero lo cierto es que no es posible que todas las personas que lo desean puedan ser donantes, por antecedentes médicos o estado actual de salud o conductas de riesgo que podrían diferir temporal o definitivamente la posibilidad de donar. Este punto incluye un gran listado de situaciones y/o patologías por las cuales no sólo se protege al receptor que pudiera recibir esa sangre sino también al donante, que a veces se siente bien pero no reune las condiciones óptimas. Si luego de informarse y reflexionar alguien se encuentra en condiciones de hacerlo debería al menos intentar una vez pasar por esa experiencia, que como dicen los chicos “se siente bien”. Y así, comprobar que no es complicada y que hacerlo dos o tres veces al año es ofrecer un poquito del tiempo propio y que eso puede cambiar la historia del sistema transfusional en la Argentina, pero sobre todo, transformar la historia de una vida. Hoy por ti, mañana por mi.