El acceso irrestricto al nivel superior de la enseñanza es, junto con la gratuidad y el cogobierno, una de las banderas históricas del movimiento estudiantil universitario.
El acceso irrestricto al nivel superior de la enseñanza es, junto con la gratuidad y el cogobierno, una de las banderas históricas del movimiento estudiantil universitario.
Para Sauret, el del ingreso es un tema que merece ser debatido en profundidad, sobre todo desde que la escuela secundaria fue establecida como obligatoria, situación que según distintos especialistas generará un crecimiento en la demanda de jóvenes para ingresar a las facultades y terciarios.
Ante esto, el presidente del Crup pidió abrir el debate e intercambiar opiniones "sin anteojeras ideológicas", y propuso que se asuma el problema integralmente, en referencia a discutir también la permanencia y la baja tasa de egreso de universitarios.
—¿Cómo propone plantear el debate sobre el cupo y el ingreso?
—Los cupos los fijan las áreas disciplinares en la relación con la capacidad y la demanda. Si yo tengo que trabajar en laboratorio, las instalaciones deben ser acordes a la escala de alumnos que estamos en condiciones de recibir. Si esa escala se quiebra y es ilimitada, la calidad de la enseñanza caerá. Pero en vez de ver sólo el ingreso, por qué no ver el problema del egreso: ¿Qué pasa con los estudiantes que se frustran y desertan en los primeros años? Asumamos el problema integralmente.
—¿Qué implicaría eso?
—Asumir que tenemos problemas de ingreso, retención y egreso. Pero si sólo se lo va a ver con anteojeras ideológicas, lo que no se quiere examinar es la frustración de aquel que teniendo debilidades de lectoescritura y comprensión ingresa a carreras cada vez más exigentes, en donde el filtro de los exámenes operará como el examen de ingreso. ¿O es que estamos en presencia de un pensamiento diabólico? ¿No va a haber examen de ingreso y cupo en la entrada, y los van a barrer con los primeros exámenes? En la UBA: ¿se barre al aspirante a la entrada o se hace la ficción de la playa de estacionamiento, donde les dan un curso que les dilata la carrera universitaria y el filtro inexorablemente funciona, y no terminan la carrera? Hay que aceptar que en eso hay un pensamiento diabólico.
—¿Faltan en su visión graduados universitarios?
—La Universidad pública tiene cerca de 1.200.000 y 350 mil la privada. Ante esto, ¿no tendríamos que tener un 40 por ciento de la población entre 18 y 22 años en la Universidad? Hay una escasa matriculación de educación superior por la falta de inversión, y por eso estamos atrasados en dos millones de bancos en la Universidad. No es que sobren médicos, abogados o ingenieros, sino que falta desarrollo.