En 1997 la Municipalidad había prometido instalar en Rosario 250 kilómetros de bicisendas tras haber recibido un informe del Instituto de Transporte de la UNR que proponía incentivar esta movilidad urbana como una de las alternativas al auto particular. Sin embargo, en estos 15 años apenas se implementaron 26 kilómetros, y encima muchos tramos están desconectados entre sí. Nunca las autoridades explicaron bien por qué la mayoría de estos carriles no se realizaron con cordones de cemento que separen a los cicilistas de los autos para brindar un entorno vial más seguro. Tampoco se entendieron bien las razones por las que la instalación de bicisendas avanzó en cámara lenta pese a que la inversión no es significativa para una ciudad de las dimensiones de Rosario. Y ni qué hablar de crear un servicio público de bicicletas y un lugar de guarda seguro. En verdad, dio siempre la sensación de que la Intendencia no tenía la suficiente convicción de que debía fomentar este medio de transporte, como parte de una política de movilidad sostenible y limpia ecológicamente. Pero este año la Municipalidad ha dado una especie de per saltum en este tema, y parece decidida en avanzar con una vasta red de ciclovías. Al menos es la imagen que dejó ayer la recorrida oficial realizada en los trabajos de la nueva bicisenda de Corrientes entre 27 de Febrero y Pellegrini. La intendenta Mónica Fein; el secretario de Servicios Públicos, Pablo Seghezzo; el subsecretario de Servicios Públicos, Diego Leone, y la gerenta del Ente de la Movilidad de Rosario, Mónica Alvarado, fueron algunas de las altas autoridades locales que se acercaron al lugar para ver cómo un camión demarcaba la bicisenda con una pintura termoplástica reflectiva. Parecía un despliegue institucional exagerado, sobredimensionado para el hecho. Algunos dirán que ante la escasísima obra pública municipal es lo único que tiene la intendenta para recorrer, para publicitar. Es verdad. Sin embargo, las bicisendas demuestran que en políticas públicas no todo es cuestión de millonarias inversiones, ya que hay algunas que demandan pocos recursos económicos, pero tienen alto impacto en la calidad de vida de la población.