La Justicia se negó ayer a liberar a Carlos Robledo Puch, el mayor asesino
múltiple de la historia criminal argentina, al entender que durante los 36 años que lleva preso
nunca demostró interés en estudiar o trabajar y carecerá de contención fuera de la cárcel, ya que
nadie lo visita desde hace décadas.
La medida fue adoptada por la sala I de la Cámara Penal de San Isidro, que
rechazó un pedido de libertad condicional o por agotamiento de la pena presentado por la defensa de
Puch, preso desde 1972 y ordenó que realice un tratamiento psicológico.
En el fallo, los camaristas Oscar Quintana, y Gustavo Herbel remarcaron "la nula
capacitación educacional con incidencia en el plano laboral y el marcado desinterés del interno por
acceder a la actividad escolar o educativa".
También tuvieron en cuenta que Puch (57 años), tiene estudios secundarios
incompletos —sólo cursó hasta segundo año— y que él mismo admitió que nunca trabajó
antes de su detención porque siempre se dedicó a robar.
Pedido. En mayo pasado, Puch envió una misiva al Servicio Penitenciario
Bonaerense (SPB) para reclamar su libertad y sostuvo que los plazos de su condena ya se habían
cumplido.
Desde entonces se realizaron informes psiquiátricos y psicológicos que dieron
resultados desfavorables y determinaron que desde 2001 sufre brotes psicóticos, tiene una
personalidad perversa y agresividad contenida.
Puch, apodado "El Angel de la muerte" fue condenado hace 29 años a reclusión
perpetua más la accesoria por tiempo indeterminado por haber cometido 11 homicidios, 17 robos, una
violación y dos raptos y pese a que podría haber pedido la libertad en el 2000, lo hizo recién hace
ocho meses.
En 1973, el mayor criminal de la historia se fugó de la Unidad 9 de La Plata,
aunque fue recapturado a los cuatro días y trasladado al penal de Sierra Chica, donde actualmente
está alojado en el pabellón 10 de homosexuales.
Descenso a los infiernos. Puch, quien residió en las localidades bonaerense de
Tigre y Villa Adelina, donde lo apodaron "El ángel de la muerte", tuvo como cómplice a Jorge
Ibañez, a quien conoció a los 16 años.
El 18 de marzo de 1971 los dos cometieron su primer asesinato cuando entraron a
una boite de Olivos y mataron al sereno Manuel Godoy y el encargado Pedro Mastronardi, al
sorprenderlos dormidos.
Ese mismo año, el 9 de mayo, ejecutaron a tiros a José Bianchi, sereno de una
casa de repuestos, y 15 días después, acribillaron a Juan Saettone en un supermercado, y brindaron
con whisky sobre su cadáver.
A Puch e Ibañez se los veía juntos a bordo de autos costosos con los cuales en
dos días raptaron a dos jóvenes, las violaron y una de ellas fue acribillada a balazos por el
"Angel de la muerte" cuando ya la habían liberado semidesnuda sobre la Panamericana.
Puch aseguró públicamente que Ibañez no era su amigo sino "un compañero de
andanzas", lo que quedó plasmado cuando lo mató a tiros, tras chocar con un flamante Torino.
Luego de asesinar a Ibañez, Puch consiguió un nuevo cómplice, su vecino Héctor
Somoza, con quien el 15 de septiembre de 1971 asesinó a Raúl Del Bene en un supermercado, dos días
después a Juan Rozas en una concesionaria y el fin de semana siguiente a otro sereno de agencia de
automóviles, Bienvenido Ferrini.
Este dúo se dedicaba a asaltar en horas de la noche, robaban a sus
víctimas y luego las mataban. Así fue que el 3 de febrero de 1972, fusilaron a Manuel Acevedo en
una ferretería, pero se pelearon, por lo que robledo Puch mató a Somoza prendiéndolo fuego con un
soplete que usaban para violar cajas fuertes.
Ese cadáver fue la clave para que este asesino múltiple
cayera preso al día siguiente del crimen, cuando apenas tenía 20 años.l (Télam)