¿Alguien conoce a los equipos educativos del PRO en Santa Fe? La pregunta se repite entre las maestras preocupadas por los resultados de las últimas Paso que pusieron al candidato del partido de Mauricio Macri con buenas posibilidades de ser gobernador.
Y la verdad es que más allá de los nombres —que nadie conoce pero que podrían hacerse públicos— la asociación con los tiempos vividos durante los ocho años de gobierno reutemista es inmediata. A más de una docente con buena memoria le corrió un escalofrío por el cuerpo cuando vio al ex corredor compartiendo el escenario amarillo junto a Macri y Del Sel.
Sueldos congelados, condiciones de trabajo paupérrimas, presentismo, ausencia absoluta de cualquier debate participativo, tecnócratas al frente de los ministerios y ministros como Bondesío encantados con mirar al maestro como alguien más que inferior, por enumerar unos pocos de esos males.
No resulta casual que los principales dirigentes sindicales docentes de la provincia hayan alertado a los educadores sobre los riesgos de un avance concreto de la derecha en la provincia, el sábado pasado durante el Encuentro Patria Educativa.
"La derecha se llena la boca hablando de calidad como si se tratara de hacer una pizza. Los maestros sabemos muy bien que no es un resultado que se ve al otro día. Así que los del PRO que dicen que van a mejorar la educación así, ¡que por favor no mientan!", se la oyó reclamar a la secretaria general de Ctera y de Amsafé provincial, Sonia Alesso.
La memoria resulta la clave central en esta batalla muy bien definida por la dirigente gremial como ideológico-política y de un debate que en esa línea urge en el sistema educativo.
Y para contribuir a esa memoria dijo: "Este tiempo histórico es hijo de las conquistas de los que lucharon en los 70, en los 80 y en los 90. Es hijo de los compañeros desaparecidos y torturados en la dictadura, de la Marcha Blanca, la Carpa Blanca, de la resistencia a la política de los 90" .
También hubo un balance para el tiempo más reciente con una valoración de las leyes educativas conquistadas en los últimos 12 años, por ejemplo los efectos que tiene la ley de financiamiento educativo en términos de política de igualdad. O bien lo que significó terminar con la ley federal de educación y aprobar la ley nacional de educación: "Con la nueva ley pusimos a la educación como derecho social y no como una mercancía".
Además de las paritarias. "Veinte años nos llevó conquistar la ley de paritarias, para discutir en paridad con la patronal no sólo salarios sino también mejores condiciones de trabajo". De hecho, el plan nacional de formación docente que hoy tienen los maestros de todo el país, en servicio y gratuito, se logró en esas discusiones colectivas.
En ese repaso no olvidó decir que hay mucho por hacer aún: "No es posible que un profesor trabaje 44 horas para sobrevivir o un maestro tenga doble cargo y hablar a la vez de calidad educativa". Pero recordó también que sólo es posible pensar un debate educativo con un proyecto nacional de país, y con una mirada integradora latinoamericana.
Y si de derechos ganados se trata, nada mejor que insistir en hacer ver que no llegaron con la cigüeña.
Esas conquistas aparecen hoy para muchos como algo "natural", que están y que siempre estarán. Ese olvido o negación de la historia de cada uno de esos logros explica en parte para el secretario general del Sadop Rosario, Martín Lucero, por qué muchos votos de quienes se benefician de ellos vayan al candidato de la derecha en la provincia.
"Pero vos tenés que estar contento, porque si gana el PRO las que van a estar bien son las escuelas privadas". El comentario se lo hicieron a Lucero, quien lo compartió con los docentes. "Nada más alejado de la realidad, porque el debate no es escuela pública o privada, sino educación popular o elitista", contestó.
Y para ser bien ilustrativo graficó esta idea recordando que cuando Macri retiró subsidios a las escuelas privadas de la ciudad de Buenos Aires "no fue justamente a las más elitistas sino a las más pobres", por lo general parroquiales y que atienden a los sectores más vulnerables.
"La intención del antiproyecto es hacer crecer la brecha social, mientras nosotros construimos puentes con esa brecha. El antiproyecto busca que sólo las élites se eduquen. El plan es que los pobres no se eduquen. Esto lo tienen muy claro y saben que el primer lugar donde golpear es en la Asignación Universal por Hijo (AUH), esa medida revolucionaria de inclusión y por supuesto en los derechos de los docentes", definió sin más vueltas.
"Hay que tener memoria", insistió, y una vez más recurrió a varios ejemplos: "¿Se imaginan a Mercier habilitando una paritaria para los docentes? ¿Creen que en un gobierno del PRO se van a educar gratis y en servicio? No, se volverá a los cursos pagos que definen las universidades privadas".
Las declaraciones de los principales dirigentes docentes en la mesa que se dio el sábado pasado fue un llamado a no conceder ninguna conquista, a seguir por más (de hecho también hicieron pública las reivindicaciones pendientes), pero sobre todo a dar en cada escuela una discusión política sobre el riesgo de volver al pasado. Un debate político profundo que también la gestión socialista, que lleva casi ocho años al frente de Santa Fe, no ha dado con los maestros sobre qué educación quiere para la provincia.
La memoria y el debate son herramientas más que valiosas. Por eso alertó bien Martín Lucero: "El gran acierto del neoliberalismo es que no lo vemos venir".