Los diputados provinciales del peronismo electos recientemente, y que asumirán el 10 de diciembre, se están preguntando cómo un extrapartidario puede tener aspiraciones de conducir el bloque de ese partido en la cámara baja de la Legislatura santafesina. Argumentan que sería mejor resguardar la identidad política del justicialismo y por eso ya empezaron a hacer conocer opiniones contrarias a esa aspiración. En cuanto al planteo que consideran improcedente, responden con un refrán: “¿Y qué le hace una mancha más al tigre?”.
El gesto de un embajador
El larguísimo discurso de Cristina Fernández de Kirchner en la cena con los industriales en Tecnópolis, hace un par de noches, no parece haberle caído igual a todos los que lo escucharon. Uno de los que al parecer no aguantó el largo speech de la presidenta fue nada menos que el embajador de Brasil, Everton Vieira Vargas, quien en un momento se levantó y se fue, según algunos testigos con claros gestos de indignación por lo que estaba escuchando. Quienes juran haber presenciado sus muecas dicen que el gesto coincidió con el momento en que la primera mandataria comparaba la actualidad de la economía nacional con la de Brasil y resaltaba “las mejores decisiones” tomadas en esa materia por su gobierno. Al final de su discurso Cristina quiso aclarar que no había atacado a nadie y muchos no entendieron. ¿Habrá sido una alusión al gesto del brasileño?
El regalo que pagaron todos
Daniel Scioli se fue a hacer campaña a Chubut y allí se encontró con el gobernador de esa provincia, Martín Buzzi. Encolumnado detrás de su candidatura presidencial, el mandatario patagónico no quiso que a su par de la provincia de Buenos Aires le quedaran dudas y decidió hacerle un regalo personal. Se trata de una lapicera, por la que el Estado provincial pagó nada menos que 30.108 pesos. La novedad fue publicada en el Boletín Oficial de Chubut, donde hasta se precisa la marca de la estilográfica en cuestión: Mont Blanc Silver Solotaire. La oposición ahora quiere que se investigue si el precio no fue inflado, ya que el costo de mercado de la lujosa lapicera es la mitad del monto erogado por el gobierno sureño.