Los años pasan, y el 4F las tropas venezolanas que desfilan ya no gritan "¡Patria, Socialismo o Muerte!". Pero los valores autoritarios de esta celebración siguen intactos. La aberración de la conmemoración del 4F, que tiene rango de fecha patria equiparable al 25 de Mayo o el 9 de Julio argentinos, se evidencia con sólo recordar que aquel día de 1992 Chávez líderó un golpe militar, un golpe cuartelero, contra un gobierno constitucional elegido en las urnas (y en elecciones realmente competitivas, a diferencia de las que organiza el chavismo). La víctima de ese golpe fallido era el presidente Carlos Andrés Pérez, quien murió años más tarde en el exilio. Que semejante aberración de "día patrio" sea avalada por los países de Unasur, Mercosur y Celac, es de por sí dato suficiente para evaluar cómo están los valores democráticos en América latina. Porque el punto es que el chavismo festeja a toda pompa una intentona golpista de la peor clase. En Argentina los demócratas deberían interrogarse al ver los actos del 4F: ¿Con este régimen nos estamos aliando, o, peor, profundizando una alianza? "Tu triunfo es el nuestro", tuiteó la presidenta argentina la noche del 7 de octubre pasado, cuando Chávez venció en las elecciones. Si se suma el incalificable acuerdo con Irán, ¿adónde lleva esta política exterior? ¿seguro que la mayoría de los argentinos quiere ir en la misma dirección que Luis D'Elía?