Al menos 69 personas, la gran mayoría mujeres y niños cristianos, murieron y más de 340 resultaron heridas en la ciudad de Lahore, Pakistán, al hacerse estallar un kamikaze de los talibanes entre una multitud que celebraba el Domingo de Pascua. El terrorista islámico buscó el sector donde las madres jugaban con sus niños en un parque de diversiones de Lahore para volarse. El número de víctimas fatales estaba destinado a aumentar, porque muchos heridos se hallaban en condición crítica y los hospitales se veían totalmente desbordados.
Según declaró Xavier William, de la ONG Life for All Pakistan, que se dedica a defender a las minorías religiosas, al menos 51 de los fallecidos y 157 de los heridos pertenecen a la comunidad cristiana. La explosión ocurrió cerca de la zona de juegos infantiles del parque Gulshan-e-Iqbal, donde muchas personas celebraban la Pascua, explicó la policía local. El ministro en jefe de la provincia de Punjab, Shahbaz Sharif, anunció tres días de duelo y prometió llevar a los perpetradores ante la justicia. "Estamos es una situación similar a la guerra y siempre hay amenazas en general, pero no se recibió una alerta específica para este lugar'', indicó un vocero policial que señaló que había personal de seguridad en el lugar.
Salman Rafiq, asesor de salud del gobierno de Punjab, solicitó donaciones de sangre y recalcó que muchos de los heridos estaban en condición crítica. Un testigo, quien sólo quiso identificarse como Afzal, dijo que llevó 20 niños al hospital y subió tres cadáveres a un vehículo de la policía. "No puedo explicar lo trágico de la situación'', señaló. Otro testigo, Tariq Mustafá, dijo que acababa de salir del parque cuando escuchó una explosión. Un amigo suyo aún se encuentra desaparecido. Imágenes de la televisión mostraban escenas caóticas en el parque, personas corriendo y cargando niños, y gente acunando a heridos bañados en sangre en su regazo. Un testigo no identificado por la televisión dijo que iba rumbo a la feria con su esposa y dos hijos cuando sintieron una enorme detonación y los cuatro fueron arrojados al piso por la onda expansiva. La televisora mostró a una mujer llorando mientras buscaba desesperada a su hijo de cinco años. Un médico, el doctor Ashraf, describió escenas de horror en el hospital de Lahore donde trabaja. "Hasta ahora hemos recibido más de 40 cuerpos y más de 200 heridos. La mayoría se encuentran en estado crítico. Temo que el balance se agravará", agregó. "Los atendemos en el suelo y en los corredores, y siguen llegando". Largas filas de ciudadanos se presentaron espontáneamente para donar sangre, la que se necesitaba con extrema urgencia por el tipo de heridas que provocan los kamikazes con sus chalecos explosivos. Estos llevan esquirlas que desgarran los tejidos.
Puja política. Ahsanullah Ahsan, vocero del grupo Jamaat-ul-Ahrar, declaró que este atentó contra la comunidad cristiana de Lahore. La reivindicación de este movimiento, una escisión del Tehrek-e-Taliban Pakistan (TTP), el brazo paquistaní del Talibán, se hizo por medio de llamadas telefónicas a varios periodistas locales. El vocero Ahsan afirmó que "el objetivo del atacante suicida ha sido la comunidad cristiana en la que es el bastión de la Liga Musulmana-Nawaz (PML-N) del gobierno" paquistaní. Lahore es la ciudad natal del primer ministro Nawaz Sharif y su hermanos es el gobernador de la región, el Punjab. La Liga es el partido del primer ministro.
Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional en Washington declaró que Estados Unidos "condena severamente el ataque'', al que describió como "un acto cobarde en lo que ha sido desde hace tiempo un bello y pacífico parque''. Washington seguirá trabajando conjuntamente con Pakistán y sus aliados "para arrancar de raíz el flagelo del terrorismo''. Vikas Swarup, portavoz del ministerio de Exteriores de la India, tuiteó que el primer ministro Narendra Modi tuvo una conversación telefónica con su par paquistaní para expresarle sus condolencias. Modi "subrayó la necesidad de esfuerzos implacables para combatir el terrorismo''. En el Vaticano habló el portavoz papal, el padre Federico Lombardi. "La masacre horrible de inocentes en el parque de Lahore cubre de tristeza y angustia la fiesta de Pascua. Otra vez el odio homicida se ensaña vilmente con las personas indefensas".
El cristianismo, amenazado por el integrismo islámico
El cristianismo está siendo perseguido sin piedad en casi todo Medio Oriente, en especial allí donde el integrismo islámico predomina. Desde el Norte de Africa y Nigeria a Turquía, Irak y Pakistán, el cristianismo, que nació en Medio Oriente, es cada vez más una religión minoritaria y asediada, muchas veces con la complicidad activa o pasiva de las autoridades locales. La situación empeoró enormemente en la última década, bajo el influjo del extremismo islámico, las guerras en Irak y luego en Siria y el proceso de radicalización islamista en Egipto, truncado por un golpe militar. Existe un total estimado de 105 millones de cristianos orientales, pero esto incluye 21 millones en la diáspora y a un país como Armenia.
Un caso muy claro es Irak. Un millón de personas, dos tercios de los cristianos de Irak, huyeron en la década posterior a la caída de Saddam Hussein en 2003. La rama de Al Qaeda en Irak aterrorizó a las minorías cristianas, hasta que derivó en el Estado Islámico.
El gobierno shiíta que siguió a la administración estadounidente fue tan incapaz como esta. En 2014 se mostró totalmente impreparada para detener la ofensiva del Estado Islámico, que tomó con enorme facilidad gran parte de la zona central y norte de Irak. Mosul, la segunda ciudad de Irak y que cayó en manos del EI ese año, ha dejado de tener población cristiana. El cristianismo estaba allí desde mucho antes que Mahoma naciera, como en tantas otras ciudades de la región. Por fortuna para las minorías cristianas y yazidíes, los kurdos, que son musulmanes moderados y han construido un Estado autónomo en el norte de Irak, acogen a los refugiados que huyeron de Mosul y muchas otras localidades iraquíes en manos del EI. “Hemos vivido aquí por muchos años como hermanos. No hay diferencia entre kurdos, musulmanes y cristianos de diferentes religiones en Kurdistán”, declaró el general kurdo Hameed Afandi. En Erbil, capital del Kurdistán iraquí, miles de cristianos desplazados viven precariamente.
Esta crítica situación se repite en muchos otros países de Medio Oriente, donde las “primaveras árabes” se volvieron contra los cristianos y los líderes autoritarios que los protegían. Un caso emblématico se da en Siria. Al menos 340.000 personas han muerto en Siria durante cinco años de guerra civil, que se inició como un alzamiento pacífico contra el régimen de Bashar Assad. Este feroz dictador es el único defensor real que tienen los cristianos sirios. Y por lo tanto las minorías cristianas lo apoyan con toda su fuerza.
En Egipto, luego de la caída del dictador militar Hosni Mubarak en febrero de 2011 por el movimiento popular, las cosas se pusieron difíciles para la antigua minoría cristiana copta. El gobierno islamista que surgió de las urnas estimuló el asedio y asesinato de los coptos por bandas armadas islámicas. La Iglesia copta sostiene que los cristianos son el 10% de la población de Egipto, es decir, entre 8 y 9 millones. Para el Estado son muchos menos: 5,13 millones. Esta comunidad comenzó a exiliarse desde la caída de Mubarak. La diáspora copta tiene sus comunidades más importantes en EEUU, con unas 900.000 personas y Canadá, con otras 200.000.
Otro factor que no ayuda a los cristianos de Medio Oriente es que se fraccionan en numerosas iglesias. Los cristianos ortodoxos obedecen a dos patriarcados, el de Jerusalén y el de Antioquía. Uno de los varios cismas que sufrieron es el de los sirios-ortodoxos. También se debe mencionar a los melquitas y maronitas.