Certezas, retenciones, precios, devaluación. El vocabulario del productor agropecuario para la campaña nueva que debutará en pocas semanas con el arranque de la siembra del trigo se repite desde hace varios años, aunque con cada nueva temporada la configuración de prioridades cambia y se acomoda según las necesidades y las obligaciones de la coyuntura.
Tras un primer semestre que arrancó con devaluación y termina con tarifazos, el grueso de los productores agropecuarios nacionales optó mas que nunca por guardar la soja a la espera de que los precios en Chicago toquen su techo, y sobre todo de que la segunda parte del año venga con otra vuelta de depreciación del peso, lo que se traduciría en nueva licuación de sus costos.
Con la retención (de mercadería) como dato saliente, la campaña 14/15 debutará con una mayor superficie destinada al trigo gracias a las excelentes reservas de agua en los suelos, precios que sin descollar acompañan y una necesidad creciente por parte de los productores de la zona de agregarle mayor rentabilidad al campo.
Con una buena cosecha adentro, precios altos para las posiciones cortas y renovadas expectativas de devaluación, el grueso de los productores espera todavía señales políticas tranquilizadoras para afinar decisiones: "lo mas importante es darle seguridad al productor, certezas, venimos de meses muy movidos con devaluación y movimientos del dolar y esas son cosas que juegan sobre la expectativa del productor y no ayudan. Necesitamos períodos de tranquilidad donde se pueda proyectar a largo plazo, venimos de tiempos de mirar el hoy y cuesta mirar mas adelante", sintetizó Andrés Ponte, de Zeni.
La vuelta del trigo. Una de las características mas salientes de la nueva campaña es la vuelta al ruedo del cultivo de trigo, que según la mayoría de los pronósticos mejorará su superficie sembrada entre un 10 y un 20 por ciento según las zonas.
Según explicaron diferentes referentes del sector, este incremento esperado de la producción triguera encuentra sus razones en un combo que incluye las buenas lluvias previas a la implantación; precios que sin ser récord tampoco son malos; y por último la necesidad de agregar algo mas de rentabilidad al campo.
"Creo que la campaña triguera va a ser muy buena, las expectativas de siembra son superiores a las del año pasado y las buenas lluvias de los últimos meses fueron vitales", señaló Ponte, quien agregó que a pesar de que los valores no son "espectaculares" como los de los dos últimos años, de todas maneras "se empieza a notar una fuerte inquietud por tratar de tomar coberturas".
Del mismo modo Fernando Botta, de Agrobrokers, confirmó que la intención de siembra es bastante alta, por lo menos para esta zona. "Todavía no tenemos información del sudoeste de Buenos Aires que es el que define la campaña, pero vemos que en algunas zonas hay una intención interesante de aumento de siembra respecto al año pasado".
Los indicadores mas ciertos en ese sentido son los de los Crea, que hablan de 17 por ciento, con informaciones que estiman un incremento superior al 20 o 25 por ciento, incluso al 30.
Según el consultor, esta mejora se explica por al menos dos razones: por una parte, algunos productores evaluaron que con soja de primera solamente no llegaban a cubrir los alquileres de entre 17 y 18 quintales que se están pagando, y que la única forma de hacer rendir el campo era yendo al doble cultivo.
Además, para muchos en Santa Fe la campaña sojera no fue extremadamente buena y buscan sumar productividad con el trigo, "que muestra precios bastante interesantes". "Mucha gente guiándose a partir de los precios viejos esta armando la campaña nueva".
Botta señaló que los primeros precios nuevos que se ven "también son buenos", lo que suma interés.
Desde una mirada política, el secretario de Agricultura de la provincia, Luis Contigiani, informó que la semana pasada los ministros de la Producción de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe llevaron una propuesta al Consejo Federal agropecuario para una reducción de las retenciones al trigo. "Entendemos que estamos en el momento justo de dar una señal al productor porque el mismo gobierno reconoció que la situación en términos de superficie y producción está en el peor momento de su historia", dijo.
Respecto a lo que se espera para el ciclo 14/15, subrayó que la mayor intención de siembra es un dato casi inevitable al venir de la peor temporada en décadas. "Habrá una mayor intención de siembra por recomposición de precios, y porque sólo podía ser mejor que el año pasado porque cualquier cosa iba a ser mejor".
Precios y retenciones. En un año que comenzó muy movido con la devaluación del peso y que siguió con toda una serie de medidas de corte ortodoxo, los productores agropecuarios aportaron lo suyo con la decisión masiva de no vender mercadería a la espera de mejores precios externos, y también ante la posibilidad de que el segundo semestre venga otra devaluación.
Todos los especialistas consultados coincidieron en señalar que, a la fecha, apenas se lleva vendido entre el 20 y el 25 por ciento de la campaña sojera, un porcentaje muy inferior a los de otros años.
"Si comparamos con los últimos cuatro o cinco años el nivel de retención de mercadería es violento, se lleva vendido apenas un 20 por ciento de la cosecha, con muy poco mas comprometido y sin precio", dijo Ponte, para quien este es un dato que marca una vez más "lo poderoso que es el productor y como puede defender sus precios si no cree que son los justos o lo que ellos esperan".
Señaló que mas allá de lo que muestran los mercados internacionales, hay que tener muy claro que "hoy hay 40 millones de toneladas de soja en mano de los productores, y si saben defender el precio van a hacer probablemente que los precios internacionales tengan que subir".
Por su parte, Botta se mostró optimista al remarcar que si los precios están estables es por las ventas externas: "Es la campaña de stock final de soja mas ajustada de la historia americana, si no hay cancelaciones tendrán que seguir bajando los stocks, en principio hasta junio tenemos que tener un mercado firme".
Respecto a la retención de mercadería, opinó que aunque haya buenos precios internacionales ésto no significa que sean muy buenos para el productor, que retiene porque hay una alta inflación interna de costos de los bienes no transables que levantó el costo de producción.
"Hay productores a quienes no les cierra la ecuación, no venden soja porque no les cierra el número. Esperan además a ver que pueda pasar en el mercado cambiario, para el productor esto no es un dato menor porque la modificación del tipo de cambio licua los costos internos, que es el que los está matando hoy".
Julio Calzada, de la Bolsa de Comercio de Rosario, se mostró menos convencido de que retener soja sea una buena opción para el productor local. "Se lleva vendido un 25 por ciento de la cosecha y esa es una cifra baja porque otros años los productores han llegado a vender para esta época entre el 37 y el 45 por ciento", dijo, para agregar que los precios en Chicago son muy altos para la posición mayo, pero que en cambio la posición de octubre —cuando ingresa la soja estadounidense— es mucho más baja.
"Esto siembra dudas respecto a la decisión del productor de retener, tal vez lo haga porque piensa que pueda haber un retoque en la política cambiaria en el segundo semestre", dijo Calzada.