Hijo de un padre mecánico, Germán Campero aprendió desde chico el gusto por este oficio. No por
casualidad, terminada la escuela secundaria comenzó a estudiar ingeniería mecánica. Marianela
Chehem, por su parte, optó por la industrial por cierto gusto por las matemáticas, pero sobre todo
por la salida laboral que esta carrera ofrece. Alumnos avanzados en sus respectivas carreras y
tutores de los ingresantes, cuentan los motivos que los llevaron a elegir las ciencias duras. El
próximo miércoles la Facultad de Ingeniería organiza una jornada de difusión de su oferta
académica.
En el secundario a Marianela le gustaba “todo lo que tenía que ver con la
matemática”, motivo por el cual decidió anotarse para una carrera que contenga esta materia,
pero también que sea lo suficientemente amplia en su salida laboral. La elección en su caso recayó
en ingeniería industrial de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), un estudio que congrega a más
de 1.500 jóvenes oriundos de Rosario y la región. Número que la convierten en la ingeniería más
populosa de la facultad.
La opción por esta ingeniería, agrega la joven de 24 años, se sustenta en que “otorga un
título que permite adaptarte a cualquier sector de la industria”. Aunque confiesa que en un
futuro le gustaría trabajar en una fábrica, “en contacto directo con la línea de
producción”.
Históricamente reservado al género masculino, en los últimos años las mujeres comenzaron a
hacerse su lugar en las aulas de Ingeniería. Al respecto, un dato interesante es el que señalan
desde la institución de Pellegrini al 200: mientras que en 1980 sólo un 12 por ciento del alumnado
eran mujeres, este año representan cerca del 24 por ciento.
“En mi carrera hay muchas mujeres, ahí no se nota tanto pero sí cuando vas a buscar
trabajo, porque si bien no es una profesión en la que es indistinto ser hombre o mujer, muchos
prefieren tener hombres en las fábricas”, apunta Chehem.
Diseño de máquinas
Otro testimonio es el que aporta Germán Campero. Destaca que su elección de estudios
—ingeniería mecánica—— pasó sobre todo por su afinidad con las máquinas y su
diseño. De su futuro laboral sabe que al principio tendrá que adaptarse “a lo que
haya”, pero tiene como meta armar un emprendimiento independiente. Según el boletín
estadístico de la UNR, en mecánica ingresaron el año pasado cerca de 170 nuevos alumnos.
“Muchos chicos vienen con la idea de trabajar con autos y motores, y cuando se encuentran
con física o matemática se desilusionan y no siguen”, describe Campero. Por eso recomienda
que si bien “al principio hay materias como matemática que a algunos les puede parecer
pesada, hay que entenderla como base para la práctica que uno hace después”.
Ambos jóvenes son alumnos avanzados de sus carreras. Pero además acompañan desde el servicio de
tutorías a los chicos que ingresan a la facultad. “Les decimos sobre todo que piensen más en
su proyecto futuro que en alguna materia que les disgusta”, apuntan. Este será uno de los
ejes de la muestra de carreras organizada por Ingeniería para la semana que viene (ver aparte), que
apunta a reforzar la información y orientación hacia estos estudios de grado.
Definidas como prioritarias para el desarrollo por el Ejecutivo nacional, las ingenierías
sufrieron un duro revés en la década pasada, con la destrucción de las industrias y el auge de las
empresas de servicios. Situación distinta a la actual, donde pese a la crisis internacional, varias
ramas de la producción manifiestan asiduamente la falta de profesionales calificados para
consolidar un despegue industrial.