La pizarra digitals interactiva (PDI) ya se asoma a las aulas santafesinas. Aún es un recurso incipiente, muy pocas escuelas la tienen (oficialmente sólo 7), algunas ni saben todavía que está guardada en algún rincón escondido, pero de a poco comienza a hablarse de esta herramienta de un gran potencial pedagógico. Dos especialistas que trabajaron en Italia durante largo tiempo en la capacitación docente explican las ventajas y alcances de este instrumento.
No se mueve sola, ni va a explotar cuando la toquen. La pizarra digital está conformada por una computadora, un proyector (cañón) y una pizarra blanca o pantalla. Se puede escribir con tinta digital y, como era de esperar, tiene un borrador también digital. Y su uso interactivo se potencia si hay conexión a internet.
La pizarra es táctil, sensible al tacto. Se puede escribir como en cualquier pizarrón, se registra toda la clase si se lo desea y se puede convertir a toda la actividad en un archivo. Y un dato más: las escuelas que ya cuentan con las netbooks (a través del Plan Conectar Igualdad) corren con ventaja, porque cada estudiante puede registrar toda la clase en su propia computadora. Para esto hace falta un programa especial de lectura.
Si se logran vencer rápidamente los prejuicios más comunes sobre las nuevas tecnologías en el aula, se comprueba que esta pizarra es muy fácil de usar, con múltiples aplicaciones que permiten acceder a una cantidad indefinida de información multimedia e interactiva. Eso sólo habilita a pensar que es posible una clase más atractiva, de cualquier materia, enriquecida con textos e imágenes y desde ya que mejora los aprendizajes de los chicos.
De acuerdo a una consulta realizada a diferentes empresas que operan en la Argentina y venden estas pizarras, el costo es de alrededor de los 15 mil pesos, un precio que varía según los modelos y accesorios que se sumen.
En la provincia. ¿Y qué pasa con las PDI en Santa Fe? ¿Cuántas escuelas las tienen? Oficialmente son sólo 7 las escuelas provinciales públicas que cuentan con este recurso; hay algunas más, quizás mayormente en el ámbito de la educación privada, aunque ese dato no está registrado por el Ministerio de Educación de Santa Fe, ya que responden a iniciativas propias de los establecimientos.
“Entre 2010 y 2011, las escuelas oficiales de Santa Fe recibieron la donación de siete aulas móviles que cuentan con pizarra digital. El financiamiento estuvo a cargo de la Fundación del Nuevo Banco de Santa Fe, entidad con la que el Ministerio de Educación de la provincia, a través de un convenio marco, articula acciones para equipar con tecnologías las escuelas”, dice el director provincial de Tecnologías Educativas, Fernando Fontanarrosa.
Así, desde 2010 las escuelas que cuentan con la PDI son la Nº 60 Mariano Moreno de Rosario y la Nº 6.408 Pedro Durst de Roldán. El año pasado recibieron estas pizarras la Nº 83 Juan Arzeno y la Nº 1.229 1º de Mayo, de Rosario; la Nº 413 Domingo F. Sarmiento, de Ceres, y las escuelas Nº 1.255 Malvinas Argentinas y Nº 8 Cristóbal Colón, de Santa Fe.
En síntesis, esta herramienta llegó a las escuelas santafesinas financiada por una fundación, el Ministerio lo que hace es decir dónde ubicarlas en función del proyecto que ese establecimiento desarrolle con las Tics.
Iniciativa del Iset 18. Sin embargo, otras instituciones han tomado la posta por propia decisión y agregado la PDI a su enseñanza. Este es el caso del Instituto Superior de Educación Técnica (Iset) Nº 18 de Rosario, que adquirió una pizarra a través de la cooperadora.
A diferencia de los demás casos, aquí el Iset sumó la capacitación necesaria para que los docentes puedan sacarle el mejor provecho a este recurso.
De esa preparación participaron unos 25 docentes que enseñan en alguna de las siete carreras que se dictan en el Iset. Tuvo una duración de 36 horas cátedra y la clase final, que funcionó como una evaluación, se dio a mediados de marzo de este año, en coincidencia con la inauguración del Aula de Usos Múltiples y en el marco de los 30 años del Iset de Moreno 960.
Los profesores que dieron pistas teóricas y prácticas de por qué y cómo aprovechar la PDI en la educación son Claudio Cúneo y Fanny Pellegrini Oliveri. Ambos profesionales tienen una vasta experiencia alcanzada en Italia, precisamente capacitando a los educadores en el uso de este recurso.
En esa exposición final, los profesores del Iset que pasaron por esa preparación demostraron cómo planificar una clase con lo propio de cada disciplina con la PDI. Fue de esta manera que un docente que enseña derecho en la carrera de locución mostró cómo abordar la ley de servicios de comunicación audiovisual recorriendo on line algunos artículos de interés, al mismo tiempo de acceder a un video con debates periodísticos sobre el alcance de esta norma.
Otra docente de publicidad hizo un recorrido comparativo entre arte y publicidad, desplegando conocimientos técnicos sobre la PDI, pero sobre todo los propios de su disciplina. Y un profesor de fotografía trabajó sobre las imágenes 3D, y hasta llevó lentes de fabricación propia (como los de cine) para enseñar cómo se componen estas imágenes tridimensionales.
Para llegar a esa preparación, la profesora Pellegrini Oliveri trabajó con los docentes del Iset en “la construcción de los posibles recorridos didácticos” con la PDI. A su vez, Cúneo fue el responsable de dar el sustento teórico necesario para entender los cambios que introducen en la enseñanza esta pizarra.
Ambos coinciden en dos cuestiones sustanciales: el cambio de rol que debe asumir el docente, que de detentar el saber pasa a ser un “facilitador de los aprendizajes”, y en las posibilidades de inclusión, de responder a las distintas capacidades de los chicos, que admite. Todo un desafío para empezar a transitar.