El sonoro fracaso que significó la participación del seleccionado Sub 20 en el Sudamericano de la categoría demolió otro ciclo al frente de los juveniles. Hizo escombros otra oportunidad de retomar esa huella consagratoria que se desarrolló con los ciclos formativos que encabezaron José Néstor Pekerman y Hugo Tocalli. No es causalidad que desde 2007 el manejo de los juveniles no sólo asistió a un descalabro generalizado, sino que se transformó en un Plan Trabajar. Todo fue culpa de la AFA porque dejó de convocar a los verdaderos artesanos para que moldearan a los chicos. La presentación de carpetas de trabajos dejó de ser la manera más transparente para seleccionar los proyectos a futuro. Julio Grondona eligió tender puentes de amiguismo dándoles una chance a los campeones del mundo del 86 para que tallaran a los pibes del vivero argentino. El resultado fue lapidario. Ausencia en dos de los últimos tres mundiales Sub 20, la decepción en el Sudamericano 2009 en Venezuela y la frustrante no participación en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Un deterioro estructural que ahora se cobró una víctima previsible como Marcelo Trobbiani. Es que el DT no fue capaz de transformar un puñado de chicos con buenos antecedentes en una expresión colectiva vigorosa. Ahora sí es tiempo de construir un nuevo proyecto prácticamente desde las ruinas.