La falta de espacios acordes para dictar clases o para el esparcimiento, y la ausencia de rampas
que beneficien la accesibilidad de personas con su capacidad motriz reducida, son algunos de los
problemas edilicios que presentan las escuelas santafesinas. Estas son las primeras impresiones que
destacan docentes e investigadores de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), quienes junto con
un grupo de estudiantes de Ingeniería y Arquitectura realizan un relevamiento de los inmuebles
utilizados para dar clases en el sur santafesino. Se trata de un censo nacional que servirá para
sistematizar y actualizar la información sobre el estado edilicio de las escuelas.
“En la provincia se están relevando cerca de 1.900 predios escolares, donde funcionan
3.200 escuelas”, describe a La Capital Jorge Planas, coordinador por Santa Fe del
operativo censal que abarca a las escuelas desde el nivel inicial hasta los terciarios.
Lanzado durante la gestión del entonces ministro de Educación, Juan Carlos Tedesco, el Censo
Nacional de Infraestructura Escolar se puso en marcha entre abril y mayo pasado en todas las
provincias del país. Se trata de la segunda edición de un relevamiento realizado por primera vez en
1998, aunque los encargados zonales del operativo destacan que este es “mucho más completo y
complejo que el anterior”.
Para concretar esta tarea, un grupo de docentes y alumnos de la Universidad Nacional del Litoral
(UNL) es el encargado del relevamiento en las escuelas del centro y norte provincial, mientras que
las Facultades de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) fueron
designadas para censar alrededor de 1.100 establecimientos educativos del sur provincial (ver
aparte).
El propio Planas explica que la idea es actualizar y en algunos casos confeccionar los planos de
los edificios. Pero además relevar si las escuelas tienen electricidad, calefacción, si cumplen con
medidas de seguridad, accesibilidad, si tienen rampas, ascensores, matafuegos, y si cumplen con la
normativa estándar de iluminación y ventilación. Además, si cuentan con comisarías cercanas y
servicio de transporte.
“Toda esta información —explica el arquitecto— posibilitará realizar planes de
mejora, pero además tener acceso a créditos internacionales, que piden este tipo de relevamientos
para otorgar financiamientos”.
Clases en un baño
Si bien está previsto que el censo de infraestructura escolar finalice entre octubre y noviembre
próximo, algunos problemas estructurales comienzan a detectarse en varios establecimientos. Es que
si bien cada tanto ganan la tapa de los diarios las deficiencias en el suministro de luz y gas en
las escuelas, los docentes a cargo del operativo apuntan otros inconvenientes, entre los que
destacan la falta de espacios aptos para actividades pedagógicas y la poca accesibilidad que
brindan los edificios antiguos.
“En la gran mayoría de los establecimientos hay una demanda de espacios, porque en algunos
casos se termina dando clases en cualquier lado acondicionado para este fin”, cuenta
Alejandro Romagnoli, docente de Arquitectura de la UNR y uno de los responsables en esa facultad
del censo.
Un claro ejemplo de esa situación es el que da Lydia Araya, también profesora de esta unidad
académica, y supervisora en la Región VII de este relevamiento: “En una escuela de Venado
Tuerto funciona un terciario donde en algunas materias tienen menos de cinco alumnos, entonces
decidieron acondicionar uno de los baños y dar clases ahí”. Por eso, para la docente
universitaria existe “una enorme distancia entre lo que dice la ley respecto de un ambiente
para dar clases y lo que pasa en la realidad”.
Sin lugar para deportes
Pero esta carencia de espacios físicos también se muestra en la enseñanza básica. Así lo
entiende el vicedecano de Arquitectura, Marcelo Barrale, quien nombra el caso de la educación
física: “La mayoría de las escuelas no tienen gimnasio donde realizar actividades
específicas, y muchas otras suelen reclamar salones de usos múltiples para actividades propias pero
también vinculadas con la comunidad, o para aprender música en mejores condiciones”.
De esta manera, para Barrale “en muchos casos la primaria restringe lo que podría ser una
educación más integral, vinculada con el deporte y las artes, por la falta de espacios”.
Según se desprende el relevamiento, la accesibilidad es otro de los dramas que aquejan a las
escuelas santafesinas. Si bien para Romagnoli “la inclusión de este tema en la agenda pública
hizo que en los últimos diez años se haya mejorado este tema en las nuevas edificaciones”,
sostiene que sigue siendo una vieja deuda en muchos de los edificios más antiguos. “Las
rampas en muchas escuelas no existen, y si hay chicos con discapacidad motriz lo que se hace es
mudar todo el curso a la planta baja”, agrega Araya.