El Ministerio de Educación de la Nación analiza alternativas para reconocer “a las escuelas que trabajan bien”, algo así como ofrecer una motivación externa a las que más se esfuerzan.
El Ministerio de Educación de la Nación analiza alternativas para reconocer “a las escuelas que trabajan bien”, algo así como ofrecer una motivación externa a las que más se esfuerzan.
El anuncio lo hizo el ministro de Educación nacional, Alberto Sileoni. Además, para esta semana el Consejo Federal, en una nueva reunión, se prepara para analizar otra serie de iniciativas para la nueva secundaria, entre ellas: un plan de control del ausentismo escolar que incluya a los municipios, que los que terminen el secundario egresen con un trabajo solidario hecho en su entorno y la promesa de que en 2011 todos los chicos que cursan los tres últimos años del secundario tengan su laptop.
El ministro Sileoni hizo declaraciones durante la conferencia “¿Qué cambios para una escuela secundaria en la Argentina?”, organizada el viernes último por el área de educación de la Facultad Latinoamericana en Ciencias Sociales (Flacso), con sede en Buenos Aires.
Antes había expresado que la mirada final está puesta “en hacer realidad el secundario obligatorio pero para todos”.
A la hora de hablar de los proyectos en estudio y cuando analizaba la necesidad de valorar “el esfuerzo, la autoridad y la exigencia” en la escuela como bases de la educación a la que se aspira, Sileoni reflexionó sobre la necesidad de incentivar a aquellas escuelas que se esfuerzan más. “Me parece que no estamos reconociendo a las escuelas que trabajan bien, está faltando motivación hacia las mismas”, dijo el ministro para luego anunciar que estudian “cómo motivar a estas instituciones”. Y aunque todavía no hay precisiones sobre en qué consistirá este “premio”, se sabe que la idea pasa por hacer que este trabajo que marca diferencia se haga visible.
Más lengua y matemática. El dato de que en la Argentina sólo el 50% de los chicos que empieza el secundario logra terminarlo ya es conocido. Por eso, uno de los proyectos en análisis es el de sumar a los municipios a un plan de control del ausentismo de los chicos. También, según anticipó Sileoni, se prepara un registro de “experiencias exitosas” de retención de alumnos de todo el país.
Si bien los nuevos planes de estudio del secundario recién se verán en los próximos años —en Santa Fe se espera este cambio para 2011— el ministro adelantó que quiere que en 2010 el acento se ponga en la enseñanza de “la lengua, la matemática y las lenguas extranjeras” en todas las secundarias del país.
El plan de mejoramiento propone “más horas para los tutores y los profesores que son necesarias para acompañar a los chicos que más apoyo necesitan” en el tránsito de la escolaridad media.
Actualmente, el Ministerio de Educación nacional entrega 700 mil becas a los alumnos de la escuela obligatoria. Ahora, con la aprobación de la asignación universal por hijo, estudian “cómo redireccionar esas becas” y hacerlas más eficaces. Entre las metas está “que en 2011 todos los chicos que cursan el ciclo superior de la escuela media (tres últimos años de la secundaria) tengan su computadora personal (laptop)”. La entrega se iniciará en forma progresiva en 2010.
Otra de las cuestiones que esta semana analizarían y aprobarían los ministros de Educación de todo el país en la reunión del Consejo Federal es la propuesta de que “todos los chicos que egresen del secundario hayan realizado algún proyecto solidario con su entorno”. También que “todas las escuelas en 2011 tengan sus canales de participación juvenil”.
“Frente a la escuela media hay que dar una pelea política y cultural, porque el pasado dorado de la secundaria no ocurrió”, dijo el ministro Sileoni durante la conferencia, para recordar el carácter elitista con que nació este nivel en la Argentina, que ignoraba a un porcentaje muy alto de la población en su ingreso. “Ahora tenemos que hacer una escuela muy buena y exigente para todos”, advirtió. Y en su análisis diferenció dimensiones del mismo problema: “Así como nos interesa que los chicos ingresen y permanezcan en el sistema educativo, también nos interesa que los padres estén en el sistema productivo”.
Describió entonces los condicionantes que operan en la enseñanza y aprendizaje de los chicos y adolescentes. Entre ellos, mencionó que el 65% de los chicos argentinos pertenece a hogares de bajas expectativas culturales, también que los más pobres repiten cuatro veces más que los sectores medios y como dato “muy doloroso” —en sus palabras— que “el 80% de los adolescentes que deja el secundario sabe que está cometiendo un error”.
Pasó entonces a describir la escuela que desea y está en los proyectos de la política educativa nacional. “Queremos una escuela con autoridad y exigente porque la que no lo hace, expulsa. El docente que no exige es como que no espera nada del otro”, dijo, y luego graficó: “No hay chico que recuerde con cariño al profesor que no iba nunca a dar clases o no le exigía en el estudio”.
Y si bien aseguró que era muy respetuoso de los reclamos del magisterio, fue crítico de lo que definió “una escalada de manifestaciones gremiales de fin de año”.