"Es un deber y un derecho del Estado ejercer un correcto control del ausentismo docente". Quien habla es el secretario de Educación de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera), Miguel Angel Duhalde. Es un santafesino que también es miembro de la conducción de Amsafé provincial, y profesor de pedagogía. Afirma que en lugar de hablar de presentismo hay que dar "un profundo debate sobre las condiciones de trabajo" de maestros y profesores.
El rechazo de la Ctera a la reaparición del presentismo en las discusiones paritarias nacionales es contundente, y aseguran que significa un retroceso. También el Sindicato Argentino de Docentes Particulares (Sadop) se expresó en forma contraria a su implementación. De hecho, también se hizo sentir ese desacuerdo con un contundente paro nacional liderado por los principales gremios del magisterio, realizado esta semana.
Las Provincias. En un documento de la Ctera sobre esta preocupación y que menciona Duhalde, se recoge la opinión de la titular Stella Maldonado, acerca de las críticas corrientes al ausentismo docente, cuestión que se busca ligar a la aplicación del presentismo. "Los gobiernos —sostiene Maldonado— tienen el deber y el derecho de efectuar contralor de las inasistencias y actuar firmemente cuando se detecten abusos. Lo que no se puede hacer es arrojar un manto de sospecha sobre todos los trabajadores de la educación. No es justo".
Si bien en Santa Fe ya hace 10 años que se dejó sin efecto la medida aplicada en los 90 por el ministro de Educación reutemista Fernando Bondesío, el presentismo —con diferentes grados de aplicación— aún subsiste en ocho jurisdicciones argentinas: Misiones, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Entre Ríos, Santiago del Estero, Formosa y Ciudad de Buenos Aires.
Según hace notar Duhalde, está demostrado que esto no cambia las razones por las que un docente puede faltar. Recuerda que el principal motivo de inasistencia es la salud del trabajador. Algo que se produce "tanto en las provincias que tienen presentismo como en las que no. Por ejemplo, en Santa Fe, donde no existe este ítem, la tasa de inasistencia a octubre de 2011 fue del 10,71 por ciento, casi la mitad de Misiones, con un 20,6 por ciento, que tiene presentismo en su salario".
—Al ser santafesino, recordará mejor que nadie lo que representó el presentismo en el trabajo docente. ¿Qué pensaron cuando reapareció en las negociaciones salariales?
—Para nosotros es un retroceso a las políticas de ajuste que habíamos derrotado con las luchas docentes en la mayoría de las provincias. No corresponde este planteo y menos en el momento en que se está discutiendo en paritarias, porque resulta un mecanismo de extorsión. Está basado más en un mito de los excesos en la docencia respecto del ausentismo que a datos precisos y pone como contrapartida esta lógica de premios y castigos, con la que no estamos para nada de acuerdo.
—¿Qué habría que hacer ante el ausentismo?, ¿qué números tiene la Ctera?
—Hay que abrir un debate sobre las condiciones laborales. Así sí se podría analizar qué se debería hacer para bajar la tasa de inasistencia. Que en realidad no es tanta como se la plantea, porque cuando el gobierno habla de inasistencia mete todo en la misma bolsa: desde una licencia gremial hasta la ausencia por tomar un cargo de mayor jerarquía son computados como que el docente "no asiste a sus puestos de trabajo". Hay que revisar incluso las inasistencias "injustificadas" que no llegan al 0,5 por ciento del total. La mayoría de las licencias son en uso de derechos adquiridos, el mayor porcentaje corresponde a las enfermedades y luego a atención de familiar enfermo. Nosotros estamos constantemente sistematizando información. Incluso, y para basarnos en datos aportados por el mismo gobierno, hay un informe del Cipecc (octubre 2011) que arroja que en la provincia de Santa Fe hay un 10,71 por ciento de inasistencia. Y que la mayoría es por problemas de salud. Entonces no son los que faltan por faltar sino que tienen el aval de un profesional médico, puesto por el Estado, que corroboró que esa persona puede faltar.
—En ciudades como Rosario, donde muchos barrios han sido ganados por la violencia, los docentes afirman cada vez más sentirse impotentes y enseñar en soledad. ¿Incide esa realidad en el ausentismo?
—Sí, tiene total incidencia. Es lo que llamamos "malestar docente", que se refiere a esa especie de cansancio y malestar que se va produciendo por un conjunto de factores que operan sobre la escuela, en el trabajo docente y que desembocan en más enfermedades psicosomáticas, no sólo físicas, sino de estrés, de depresión. Ocurre porque hay desatenciones del Estado que provocan que los maestros y directivos se tengan que hacer cargo de distintas problemáticas. Es decir, tienen que ver con políticas públicas que se debieran implementar para terminar con la violencia social. Un mal que no afecta sólo a los trabajadores de la educación, sino a la sociedad en su conjunto.
—Un estudio sobre Salud Laboral liderado por el doctor Jorge Kohen (UNR/2011) indicó que el 10 por ciento del total de las inasistencias docentes se encuadran en el llamado "fraude laboral" (que faltan por faltar o se inventan una enfermedad). ¿Qué dice la Ctera al respecto?
—Sí, claro que eso es real. Pero nosotros decimos que es derecho y deber del Estado ejercer ese contralor, que es quien debe tener un control mucho más eficiente y correcto. Eso no depende del sindicato, sino del gobierno.
—Algo que no debería asociarse con el presentismo...
—No, para nada. No tiene que haber ninguna medida extorsiva; sería volver a viejas prácticas del neoliberalismo con las que estamos totalmente en desacuerdo. Pensemos que el segundo motivo de inasistencia es por cuidado de familiar enfermo. La docencia es una actividad altamente feminizada, más del 80 por ciento son mujeres. Y, por lo general, en esta sociedad androcéntrica todavía sigue recayendo el cuidado de los niños y de los padres ancianos en la mujer. Entonces se termina en una injusticia porque la desigualdad de género sigue bastante intacta en estos casos.
—¿Cómo cayó en la Ctera que el presentismo reapareciera de parte de un gobierno que ha dado muestras más que concretas sobre el valor que le da a la educación?
—Como una verdadera contradicción y un retroceso, porque en el sindicato hemos sabido valorar las políticas públicas que han avanzado en la ampliación y profundización de derechos. Dolió mucho porque esto era esperable de tipos como Mauricio Macri o Sergio Massa, no de este gobierno.