El 2012 termina hoy y es inevitable realizar un balance para revisar los logros y fracasos, a partir de las expectativas gestadas durante todo un año. Es lo que estuvo haciendo por estos días la intendenta Mónica Fein, y que en parte, sólo en parte, explicitó públicamente ante los medios de comunicación. “Me dijeron que el primer año era una luna de miel de las gestiones, pero a mí se me pasó muy rápido. Espero en 2013 tener los recursos necesarios para hacer los planes de obras, que se presentarán distrito por distrito”, esbozó anteayer en una entrevista radial. Justamente esto que deslizó la intendenta fue algo que caracterizó el 2012: la escasísima obra pública que se realizó en Rosario. La municipal fue casi inexistente y la provincial estuvo prácticamente paralizada o siguió descansando en pretenciosas maquetas (en cambio en la ciudad de Santa Fe los proyectos con fondos provinciales se concretaron uno detrás del otro y la semana pasada se coronó con el llamado a licitación internacional que realizó el gobernador Bonfatti para el traslado del puerto, que demandará no menos de 40 millones de dólares de recursos estatales). La obra pública nacional, por su parte, se redujo exclusivamente a la avenida de Circunvalación.